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Palabra de 'grande'

Cata de vinos de Bodegas Faustino.
Cata de vinos de Bodegas Faustino. / Justo Rodriguez
  • El Grupo Faustino revisa los fundamentos del vino en una completa cata de algunos de sus mejores vinos de Rioja y el nuevo proyecto de Ribera para lomejordelvinoderioja.com. Aquí te contamos cómo fue la cata

Una de las escasas cuestiones positivas de la crisis es que pone a cada uno en su sitio. El Grupo Faustino mostró el sitio que ocupan los ‘grandes’ e históricos elaboradores de Rioja en una completísima cata de sus espectaculares clásicos de la casa matriz, su visión anticipada hacia los caldos más modernos de Marqués de Vitoria y la expresión pura de su nuevo proyecto de Ribera del Duero.

La tarjeta de presentación de Rafael Martínez, director técnico del grupo, la puso sobre la mesa el director general de Faustino, José Luis Fernández de Jubera, al señalar gráficamente que “habrá elaborado en su trayectoria profesional con nosotros unos 350 millones de kilos de uva". Palabras mayores para vinos mayores, los que presentó ayer Rafael Martínez, junto con Javier Izquierdo responsable de viticultura.

La cata comenzó con tres clásicos con mayúsculas de Bodegas Faustino (Oyón), el “buque insignia del grupo”, en palabras de Rafael Martínez. Julio Faustino asumió en 1957 el negocio de vinos de su padre y en 1960 lanza la marca Faustino, que hoy es el mayor exportador que comercializa en el exterior el 30% de todos los grandes reservas de Rioja y también el mayor propietario de viñedo.

Palabras mayores para un grupo que fusiona la experiencia con la vanguardia y en el que el viñedo y la exportación son los dos pilares básicos: “Cultivamos en varias zonas (Laguardia, Oyón, Mendavia y Alfaro) y obtenemos diferentes respuestas en el viñedo, con un carácter especial expresión de la viña en cada zona, que termina por refundirse en una tipicidad propia de los vinos, la tipicidad Faustino”, explicó Javier Izquierdo.

El Faustino Edición Especial Reserva 2001 es un vino único que conmemora los 50 años de la primera elaboración del ‘patrón’, Julio Faustino Martínez, y está hecho con tempranillo de una única finca: “Estuvo 18 meses en roble y luego una larguísima crianza en botella (40 meses) para convertirse en lo que es, un vino tranquilo para tomar sin prisa”, explicó Rafael Martínez. En la cata muestra su carácter clásico e identificativo de los buenos Riojas de siempre: con un punto de acidez (larga vida), largo y envolvente y con aromas complejos que evolucionan en la copa.

El Faustino I 75 aniversario Gran Reserva 2004 es otro vino especial en homenaje al 75 aniversario del fundador del grupo, en su momento, un ‘regalo’ casi a escondidas del equipo técnico a Julio Faustino, según confesó Rafael Martínez. Incorpora un 8% de graciano que le da frescura añadida. En la cata se presentó cerrado, pero poco a poco fue mostrando su potencial, con estructura, pero “sin nada de esquinas” en palabras del director técnico y "todo delicadaza" en las del cronista.

El repaso a la bodega matriz terminó con otra elaboración especial: el Faustino Reserva Especial 2006, una primicia para los aficionados que saldrá al mercado el año próximo que, de nuevo, incluye un porcentaje (10%) significativo de graciano que llevan prácticamente todos los reservas y grandes reservas del grupo. “Es otro ejemplo de vino sin prisa, para beber y disfrutar con tranquilidad”, apuntó Rafael Martínez. En la cata muestra una mayor franqueza de la fruta (más joven que los anteriores) y asoman también a primera vista los puntos mentolados del graciano.

Otra bodega, otra idea

Marqués de Vitoria es otro concepto y otra gama de vinos. Julio Faustino compró en 1995 una pequeña cooperativa de Oyón y dio un paso adelante hacia vinos más modernos y afrutados (así apuntaba la tendencia comercial entonces, sin renunciar al clasicismo del vino tranquilo que identifica al grupo.

El Marqués de Vitoria Reserva 2005 es un ejemplo práctico que confirma la teoría: “Es un objetivo diferente, que se trabaja también diferente en viñedo y en bodega”, detalló Javier Izquierdo. “Mientras que los Faustinos –agregó- son muy largos en el tiempo, los Marqués de Vitoria son un concepto para consumos más a corto o medio plazo”. En la cata, el vino muestra ese carácter más fresco, con fruta menos madura, pero con la elegancia marca de la casa.

El Marqués de Vitoria crianza 2008 ahonda en el concepto de consumo de rotación. Un vino de carácter comercial, pero perfectamente elaborado con las frutas rojas típicas de los crianzas de Rioja.

El proyecto de Ribera

Rafael Martínez y Javier Izquierdo presentaron también la nueva bodega que edificó el arquitecto de renombre internacional Norman Foster en Ribera del Duero. Instalaciones de vanguardia, y estéticas, pero para hacer vinos en los que el viñedo y la elaboración siguen siendo un pilar fundamental: “Lo cierto es que los técnicos tuvimos nuestros más y nuestros menos con el equipo arquitectónico, pero creo que hemos logrado que la bodega sea funcional”, apuntó Martínez.

Los viñedos del grupo de Ribera proceden de tres zonas diferentes, en varios casos al límite de cultivo, lo que convierte al Portia Prima 2009 en un vino muy aromático, con una importante estructura y una intensísima carga de polifenoles. “Es otro mundo”, describió Rafael Martínez, “un vino que, pese a que se hace también con tempranillo, poco tiene que ver con Rioja por su explosividad y rotundidad”.

Las cosas cuando son sencillas se explican sencillamente y así las describió para concluir la cata Javier Izquierdo: “Los primeros vinos, los Faustino, son de ‘tiqui-taca’, como el Barcelona; los Marqués de Vitoria, como el Manchester City, con verticalidad; y el Portia, es otra cosa, más ‘desordenada’, pero que con cuatro regates acaba en golazo, como el Madrid”. Un símil que demuestra que los grandes nunca se duermen.