La muerte más hermosa
Otoño riojano ·
Tras la vendimia, las cepas, exhaustas, dejan de respirar y arden en coloresSecciones
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Otoño riojano ·
Tras la vendimia, las cepas, exhaustas, dejan de respirar y arden en coloresLogroño
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Lunes, 5 de noviembre 2018, 13:44
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Otoño es una estación de agonía: llegan los primeros fríos, el sol ya no alimenta, caen borrascas impetuosas y los viñedos, exhaustos tras la vendimia, mueren. Pero es la de las cepas una muerte provisional y efectista, una muerte como de mentiras, carnavalesca y alegre: antes de quedarse desnudas, se incendian en una confusión de colores que convierten el industrioso paisaje riojano en un cuadro fauvista.
Las hojas pierden la clorofila y mudan de color, del verde al ocre, al naranja, al amarillo; pero no lo hacen al mismo tiempo ni con idénticos matices, como si en lugar de cumplir un inexorable imperativo biológico se dejasen llevar por un demiurgo caprichoso y juguetón.
El fogonazo dura pocos días, apenas un suspiro. Así que, antes de que las cepas se conviertan en esqueletos leñosos azotados por el viento, sigan el consejo de Benedetti: «Aprovechemos el otoño/ antes de que el futuro se congele/ y no haya sitio para la belleza».
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