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Vinos reivindicativos

  • Pilar Torrecilla reclama su sitio para los tintos de Badarán y las variedades tradicionales y las nuevas adaptadas a la zona

Una cata reivindicativa. Así planteó Pilar Torrecilla, enóloga de Bodegas Martínez Alesanco (Badarán), la cita mensual con el club de lomejordelvinoderioja.com. Martínez Alesanco reclama su sitio en la elaboración de tintos, frente al tópico de los ‘tintillos’ de una zona fresca y alta que, con unas condiciones ideales para blancos y claretes, ha logrado también exprimir la personalidad del tempranillo de la zona, la frescura de la casi única ‘reserva’ de garnachas viejas que queda en Rioja y la gran sorpresa que ha supuesto la apuesta de esta empresa familiar por la maturana tinta.

  • Así se disfrutó de la cata

Martínez Alesanco es una bodega de viticultores, que cultiva 80 hectáreas en propiedad y que a partir del año 2001 comienza a ser pilotada por una nueva generación, encabezada por Pilar en los aspectos técnicos. La bodega abandera una nueva generación de vinos en los que la nueva variedad autóctona maturana tinta aporta una personalidad inconfundible: “El mazuelo y el graciano no se adaptan bien a nuestra zona y el descubrimiento de la maturana, con el profesor Fernando Martínez de Toda a partir del año 2004, ha sido todo un ‘flechazo’ y un auténtico catalizador para nuestros vinos”, explicó Pilar Torrecilla.

La cata

La enóloga comenzó con el Martínez Alesanco Blanco fermentado en barrica 2013. Un blanco elaborado mayoritariamente con viura y que, en la última añada, incorpora ya tempranillo blanco de las nuevas plantaciones: “Con la tempranillo ganamos especialmente en boca, en volumen; es una uva que nos gusta mucho y que aún estamos conociendo”. El vino, de una zona donde se conservan algunas de las mejores viuras de Rioja en plenitud (entre 35 y 40 años), muestra en la copa juventud y vigor, combinada con una delicada madera que lleva a preguntarse por qué estos vinos se convirtieron en minoritarios en Rioja.

  • El vídeo de la cata

El Martínez Alesanco Rosado Fermentado en Barrica 2013 es un “capricho”, una apuesta personal de Pilar Torrecilla, en una de las escasas experimentaciones que hay en Rioja con los rosados y la madera. Un vino especial, cuyo color recuerda al tradicional ‘ojo de gallo’ y con una perfumada nariz de garnacha, aunque sacrificando la frescura típica del clarete que quizás espera el consumidor de estos vinos.

Con el Martínez Alesanco Reserva 2008 la cata entra en el territorio de los tintos. La enóloga define este vino como‘clásico’ en cuanto a su elaboración (crianza larga en barrica y botella), aunque poco en cuanto a su perfil por su identidad de color y frescura. “Climatológicamente desde 1980 no tenemos problemas de maduración en la zona, pero no sólo es cosa del clima, sino de una viticultura diferente, con aclareos y deshojados, con selección de viñedos y con las vendimias selectivas, que nos permiten alcanzar maduraciones óptimas para el tempranillo y la garnacha”.

Nada que Ver es la gran apuesta de Martínez Alesanco por la maturana. Toda una declaración de intenciones en el propio nombre del vino, que difícilmente podría haberse bautizado mejor. La estructura y la intensidad de la maturana, con la que la enóloga trabaja en diversas alturas y suelos para eliminar su gran inconveniente (el carácter vegetal), permite a Martínez Alesanco elaborar tintos densos y contundentes y con un perfil típico de la maturana (mentolados y especias) que, efectivamente, nada tiene que ver con la fruta roja del tempranillo o el dulzor y las notas florales de la garnacha. Pilar Torrecilla planteó una minivertical de las tres añadas en el mercado del Nada que Ver: 2008, 2009 y 2010.

Más allá de las diferencias de las añadas, los vinos muestran perfectamente el trabajo que hay detrás de un proyecto que Martínez Alesanco empezó en el año 2004, con las plantaciones y las experimentaciones en bodega con la maturana tinta y que da por concluido ahora, al menos en una primera fase, diez años después: viñedos hincados a diferentes suelos y altitudes y crianzas del vino en tres robles diferentes que aparecen ya de forma conjunta en la añada 2010. En la cata, el 2008 muestra el perfil más auténtico de la variedad, con notas un punto más vegetales sin llegar a ser herbáceas; un 2009 que evoluciona con una presencia un punto más intensa de la madera y un 2010, que se pudo degustar en primicia en la cata, ya que no saldrá al mercado hasta dentro de unas semanas, y que es el preferido de la enóloga. “Es mi ‘niña bonita’, en el que creo que hemos logrado el equilibrio pretendido entre la fruta y la madera y el que marcará la línea a seguir de nuestro Nada que Ver”.

La maturana es una gran uva, con una personalidad incofundible, aunque Pilar Torrecilla la entiende más como complemento de los tempranillos y garnachas que como varietal pese a al experiencia con el Nada que Ver. El Martínez Alesanco Selección incorpora estas tres uvas en porcentajes representativos para todas ellas: “La garnacha no es la hermana pobre del tempranillo, se adapta perfectamente a la crianza si se cultiva y se trabaja bien; de la maturana ya hemos hablado suficiente y también el tempranillo, como zona fresca, tiene una buena adaptación en nuestro entorno”.

Desde luego, personalidad es de lo que hace gala con sus vinos Bodegas Martínez Alesanco, un proyecto joven, de una familia histórica de viticultores, y que huye de la globalización con el gran argumento de Rioja: la tierra de los mil vinos.