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El vino, mejor con sol

José M. Martínez, Miguel Ángel Rodríguez y Mª Paz Diago, junto a las vides estudiadas.
José M. Martínez, Miguel Ángel Rodríguez y Mª Paz Diago, junto a las vides estudiadas. / J. RODRÍGUEZ
  • Una investigación de la UR y del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino muestra que la luz ultravioleta beneficia a la uva

En esta época del año no paramos de oír lo perjudicial que puede llegar a ser la radiación ultravioleta. Sin embargo, una investigación de la Universidad de La Rioja (UR) y del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV), que acaba de dar sus frutos tras tres años, demuestra ahora que la luz UV tiene propiedades beneficiosas, en este caso para la composición de la uva.

José María Martínez, investigador del ICVV, y María Paz Diago, investigadora de la UR y del ICVV, junto al vicerrector de la Universidad, Miguel Ángel Rodríguez, fueron ayer los encargados de presentar este proyecto de investigación sobre el papel de la radiación ultravioleta en la evolución de la uva.

Según explicó Martínez, el estudio ha consistido en dar distintos tratamientos a la vid, más concretamente tres, para ver cómo afecta cada uno de ellos al desarrollo de la planta y a la composición de la uva.

Según el investigador, por un lado se tiene a las plantas en el ambiente natural, sin placas; por otro, se les ponen placas con filtros de luz UV y, por último, se les ponen estas mismas placas, pero dejando pasar las radiaciones ultravioletas.

Tras aplicar estos tratamientos, los resultados del estudio muestran cómo la exposición de la uva a la luz UV la protege frente a situaciones de estrés y mejora la estabilidad del color, el aroma y la capacidad antioxidante del vino.

Por tanto, la luz ultravioleta es un «elemento fundamental y necesario para la composición final de la uva y del vino». «La radiación es beneficiosa, hace que la fotosíntesis y la actividad fisiológica de la planta mejoren», comentó María Paz Diago.

En este trabajo, los investigadores demuestran que, incluso en una altitud media -habitual para la práctica de la vitivinicultura-, si se impide la llegada del espectro UV de la luz solar a la uva mediante el uso de filtros, las moléculas se acumulan en menor cantidad y la calidad empeora.

El trabajo presentado ayer ha sido posible gracias a la colaboración multidisciplinar entre tres equipos de investigación: los que estudian el efecto de la luz UV como causante de estrés en las plantas; los que trabajan en el desarrollo de técnicas de cultivo que mejoren la calidad de la uva y del vino, y aquellos que analizan los procesos de desarrollo y maduración de la uva.

«En un futuro -afirmó Diago- pretendemos centrarnos en profundidad en el impacto de la supresión de la luz UV en la generación de aromas de la uva».