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La vendimia entra en la recta final en medio del temor generalizado por la botrytis

Las lluvias del jueves dejaron a muchos viticultores en casa, aunque alguno se atrevió, como el de la foto superior, tomada en la carretera de Huércanos a Cenicero.
Las lluvias del jueves dejaron a muchos viticultores en casa, aunque alguno se atrevió, como el de la foto superior, tomada en la carretera de Huércanos a Cenicero. / SONIA TERCERO
  • Las tormentas de las dos últimas semanas han dejado abundantes lluvias y han provocado parones en la recolección y en la maduración fenólica

Las lluvias y las altas temperaturas de las dos últimas semanas están provocando parones en la vendimia y la aparición de numerosos focos de botrytis en distintas localidades. La vendimia entra en la recta final en La Rioja Alta y en la cuenca del Najerilla con prisas de última hora entre quienes habían retrasado la recolección.

A estas alturas hay casi dos tercios de la uva en bodega, según estimaciones aproximadas a tenor de cómo avanza la vendimia en la región. La Rioja Baja ha finalizado la recolección, pero en la zona centro y La Rioja Alta y hasta La Sonsierra, bodegas, cooperativas y viticultores habían esperado al último momento para ver si mejoraban las condiciones climatológicas.

Tormentas con abundante lluvia en cantidades muy diferentes y elevadas temperaturas comenzaron a ablandar la uva y a generar problemas de maduración en los últimos días, agravándose con la aparición de una botrytis galopante en las zonas más húmedas, vaguadas y zonas bajas.

Al final, unos y otros han tenido que rendirse a la evidencia, dejando a un lado el dicho de siempre: las uvas tienen que tener días de octubre. El estado sanitario no permitía más días para un final feliz de la maduración fenólica ni para alcanzar tan siquiera los 13 grados, como viene siendo habitual.

De manera que unos y otros se han lanzado en los últimos días a una vendimia acelerada que se ha tenido que interrumpir por precipitaciones puntuales, como las del pasado jueves, que obligaron a parar en todos los territorios donde se vendimiaba.

Un año más las condiciones climatológicas de septiembre y octubre acaban marcando las pautas de la cosecha. Y un año más, también, como sucede en vendimias difíciles, se nota y mucho en el campo el trabajo realizado en la viña por unos viticultores y otros. Las tormentas han dejado abundante lluvia por casi toda la región. Decenas de litros en el menor de los casos, lo que ha acabado determinando una vendimia con dos tiempos, una antes de las tormentas de septiembre y otra posterior y mucho más acelerada.

Agricultores y bodegueros reconocen los problemas de última hora. Hace apenas una semana algunas cooperativas de La Rioja Alta no habían abierto la recogida de las variedades tintas, pero han transcurrido unos días y la uva ha desaparecido de las viñas como por arte de magia.

Las opiniones son variadas y cautelosas porque a nadie le gusta admitir la convivencia con la botrytis ni menos asociarla con nombres y marcas. Pero sin generalizar, el problema está siendo real en zonas muy concretas y precisas.

«Hay de todo -apunta Julio Sáenz, responsable técnico de La Rioja Alta- Nosotros habíamos tirado bastante uva y se ha notado». Martínez-Corta recogía uva como podía el jueves en Uruñuela. «Las uvas están mejor en casa que en la viña», aseguraron. Félix Mato, de la cooperativa de San Vicente, a punto de terminar, afirmó: «Se han equivocado por esperar. La sanidad es muy importante».