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De vinos y terruños

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Pablo Tascón, enólogo de Nivarius, durante la cata / Antonio Díaz Uriel

  • Palacios Vinoteca repasa para lomejordelvinoderioja la personalidad de sus blancos de Rioja y Rías Baixas y de sus tintos de Ribera del Duero

Philippe Pinel, director general del Palacios Vinoteca, junto con Pablo Tascón, enólogo de bodegas Nivarius (Rioja),Juan Carlos Martínez, de Bodegas Trus (Ribera del Duero) y Alexia Luca de Tena (Vinos Originales), presentó el jueves por la noche para lomejordelvinoderioja.com la filosofía de un proyecto centrado en la elaboración de vinos de calidad y el respeto a los orígenes y la esencia allí donde elaboran.

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  • Cata con Palacios Vinoteca

  • Así fue la noche

Pablo Tascón, joven enólogo formado en Galicia y Valdeorras, expuso las líneas maestras de Bodegas Nivarius, la única de Rioja dedicada en exclusiva a la elaboración de blanco, aunque el grupo sacará en breve también al mercado sus primeros tintos de Rioja elaborados en una nueva bodega adyacente bautizada como Proelio. En blancos, Tascon cultiva 62 hectáreas de viñedo propio, con el tempranillo blanco como principal apuesta, aunque también con la maturana blanca y malvasía, como variedades autóctonas, y las foráneas chardonnay, sauvignon blanc y verdejo.

El concepto lo tiene claro: frescura y acidez, con el fin de encontrar un perfil atlántico en una zona (Nalda y sus inmediaciones) marcada a priori por una influencia mediterránea. «Los mejores blancos del mundo se hacen al norte, pero aquí en Rioja, con suelos pobres, altitud y una orientación norte, podemos suplir perfectamente la latitud que no tenemos», explicó Tascón.

El Nivei 2013 (7 euros PVP) es un vino juvenil, desde su presentación a su concepción. Con un extraordinario trabajo en bodega –el enólogo hace hasta 21 vinificaciones diferentes, por variedades y parcelas antes de ensamblar el vino–, incorpora, a una base de tempranillo blanco y viura (60%), verdejo, chardonnay, malvasía y maturana blanca, un compendio con el fin de hacerlo más atractivo aromáticamente y accesible. «Es nuestro vino de entrada de gama, fácil de beber, pensando en comidas ligeras».

La viura es también importante para las elaboraciones de Nivarius. En este sentido, la bodega prefirió arrendar plantaciones antiguas, con el mismo concepto de altitud y frescura, que plantar nuevas. La combinación a partes casi iguales de viura y tempranillo blanco dan la personalidad al Nivarius 2013 (11 euros), un blanco sorprendente, que fermenta y se cría con sus lías durante seis meses en fudres de 500 litros de roble normando. La madera ayuda a dar volumen al vino, pero aparece en la cata de forma extraordinariamente tenue: «Está ahí, casi inapreciable, aportando volumen incluso notas balsámicas, pero sin restar protagonismo a la fruta». Un gran vino, en todos los sentidos, y la demostración de que, con tecnología, ideas y convencimiento, Rioja puede dar la ‘campanada’ con los blancos.

Alexia Luca de Tena, enóloga de Vinos Originales, una división del grupo que elabora en Rías Baíxas y Rueda con el control de pequeños viñedos y en bodegas de ‘alquiler’, presentó el Sete Bois A Calma 2013 (11 euros), un albariño 100% de la subzona del Salnés. Un concepto de elaboración similar –leve crianza con sus lías con una madera muy tenue pero que envuelve y amabiliza un vino rústico y original–, pero con una variedad y una zona totalmente diferente a Rioja: «Los viñedos llegan prácticamente hasta la playa, con una salinidad característica y una extraordinaria acidez propia de nuestro microclima», describió la enóloga.

En la cata, dicha acidez sorprende en la boca aunque sin agredir, en un vino con una nariz brillante. «Un vino gastronómico para acompañar carnes blancas e incluso rojas», en palabras de Luca de Tena.

Ribera versus Rioja

Juan Carlos Martínez presentó por su parte Bodegas Trus, la primera incursión en el vino del ahora grupo bodeguero en 1999, con los vinos Trus crianza 2011 y el Trus Reserva 2006. Martínez recordó las especiales peculiaridades de la Ribera del Duero: clima extremo y maduraciones ‘express’, entre heladas. Ahí reside la potencia que distingue los Riberas: en el calor y el frío extremo, oscilación térmica entre invierno y verano pero también en buena parte del verano entre el día y la noche. El Trus crianza (14 euros) muestra la expresividad aromática y la potencia además de unos viñedos arcillosos que el enólogo reserva para esta elaboración: «Utilizamos sólo tinto fino, es decir, tempranillo, pero seleccionamos los clones con material vegetal propio, es decir, plantado en la zona desde hace cientos de años».

Martínez incidió en este discurso, en la personalidad de Ribera, del clima, los suelos y del propio material vegetal autóctono. Con Trus Reserva 2006 (26 euros) el enólogo provocó al respetable: «Todo el que ha intentando imitar a Rioja ha fracasado y Ribera no lo ha hecho porque apostó por su estilo».

Martínez sugirió incluso que ha sido Rioja quien se ha ‘riberizado’ en los últimos tiempos, con vinos más potentes y estructurados, aunque precisamente el Trus 2006 es el vino de la bodega con más ‘matices’ que recuerdan a Riojas actuales: más reposado por su larga crianza, con estructura por supuesto, pero con un muy buen trabajo con la madera francesa para que el vino siga mostrando un dominante carácter frutal.

El enólogo sorprendió con una sorpresa fuera de programa: un reserva del 2010, que no saldrá al mercado hasta el año próximo. Más color, más estructura, también con 25 meses de barrica –de nuevo muy en segundo plano– y mucha menos botella que al anterior: «Es más moderno, con más color, capa y estructuras, notas de ciruela y fruta negra, chocolates y cafés», describió en la cata. Un vino que puso un excelente broche a la cata: Ribera por todo los lados, dentro de ese concepto de Palacios Vinoteca de respetar y sacar el máximo de los propios orígenes.