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Vinos para vegetarianos

Vinos para vegetarianos

  • 35 millones de personas son 'veganos' y pueden rechazar clarificantes proteicos animales en la elaboración de los vinos

Todos sabemos que los vegetarianos son personas que en su alimentación no ingieren carne de animales y tampoco sus productos derivados, excepto leche, miel, huevos y pescado. Sin embargo, existen otro tipo de vegetarianos, los llamados 'veganos' o también 'vegetarianos estrictos', que van todavía más lejos pues tampoco llegan a consumir los derivados de estos productos. Son además consecuentes con esta forma de pensar y actuar, de forma que rechazan toda actividad humana que induzca a la explotación y maltrato de los animales, llegando incluso a evitar el uso de prendas o artículos fabricados a partir de los mismos.

El término 'vegano' procede de una contracción de la palabra inglesa 'veg-etari-an', o vegetariano en castellano. Esta forma de vivir apareció en el año 1944 en el Reino Unido y fue desarrollada por Elsie Shrigley y Donald Watson. En la actualidad cuenta con numerosos seguidores en todo el mundo, que celebran cada primero de noviembre el Día Internacional del Veganismo.

El vino es una bebida que procede de la uva y por lo tanto en principio puede ser considerada como una «bebida vegetal», siendo especialmente apta para su consumo, tanto para los vegetarianos como también para los veganos. Sin embargo, durante el proceso de elaboración de los vinos, se pueden utilizar determinados aditivos autorizados por la legislación vitivinícola y también alimentaria, algunos de ellos de origen animal y que pueden plantear algunas dificultades para su consumo por parte de estos colectivos.

Los aditivos que pueden ser problemáticos son fundamentalmente los llamados productos clarificantes, que tienen como misión facilitar la limpieza del vino, así como también en otros casos conseguir algún tipo de estabilidad para su mejor puesta en el mercado, evitando principalmente problemas de insolubilizaciones o precipitaciones naturales de determinados compuestos del vino en la botella.

Los clarificantes más utilizados en el vino de origen animal son: gelatina, que procede de la cocción de huesos y tejidos animales; caseína, como derivado del suero de la leche; claras de huevo muy utilizadas para clarificar vinos tintos de alta calidad; ictiocola o cola de pescado procedente de la vejiga natatoria de los peces e incluso también la sangre de mataderos o la albúmina de sangre más refinada que deriva de su suero.

Por otra parte, en los últimos años la normativa comunitaria en materia de sanidad obliga a señalar expresamente en el etiquetado de los vinos la posible presencia de algunos aditivos como el sulfuroso o sulfitos, así como más recientemente también algunas sustancias clarificantes proteicas como caseína y clara de huevo. La razón de estas indicaciones en las etiquetas de los vinos se debe a una advertencia para aquellos consumidores que pudieran ser alérgicos a la ingesta de estas sustancias.

Para solventar este problema, en los últimos años los investigadores y empresas de productos enológicos, vienen trabajando en la sustitución de los clarificantes proteicos animales, por otros clarificantes también proteicos, pero en este caso de origen vegetal y derivados de determinados cultivos como trigo, guisante o más recientemente la patata.

El colectivo de personas vegetarianas en el mundo es muy importante, distribuyéndose de una manera muy dispar según países. La India es el país más importante con una cifra que roza el 40% de su población. Los Estados Unidos ocupan el segundo lugar con un 7%; Reino Unido, con cerca de un 6%; los Países Bajos, con más de un 4%; Alemania con más del 1%, Francia, con un 0,9%... y después de otros países más se encuentra España con un 0,5%.

Sin embargo, el colectivo de veganos es más difícil determinar, estimándose, según la Vegan Organization World News, una población mundial que supera en la actualidad el 0,5%, es decir, una población de 35 millones de personas en todo el mundo que podrían ser consumidores potenciales de vino.

Esta situación supone una nueva oportunidad para los productores de vino más avispados, pudiendo encontrar un nuevo canal de comercialización para sus vinos sin modificar sustancialmente la forma de elaborarlos, pues simplemente se tendría que sustituir los clarificantes proteicos de origen animal por los de naturaleza vegetal, y, como es lógico, señalarlo de una manera evidente en su etiquetado para que sea atractivo para estos colectivos, y todo ello dentro de un marco legal que regule la utilización de estas expresiones en la comercialización del vino.