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La experiencia embotellada

  • Basilio Izquierdo presentó su proyecto, basado en la selección de pequeños viñedos y su conocimiento vitícola y enológico, para el club de catas de lomejordelvirioja.com

Cuarenta vendimias en Rioja y casi una veintena más en Socuéllamos (Ciudad Real), su pueblo natal: “Nací un 27 de septiembre, en vendimias, pero no me inscribieron en el registro hasta el día 29 porque mi padre estaba recogiendo las uvas”. Es Basilio Izquierdo, uno de los enólogos más experimentados de España que, después de 30 años en CVNE, inició una aventura en solitario con su propio proyecto personal que la noche del lunes presentó para el club de catas de lomejordelvinoderioja.com.

  • Así fue el videochat

  • Cata con Basilio Izquierdo

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Una concepto clásico, centrado en el respeto a las uvas autóctonas, en la búsqueda de viñedos con personalidad y material vegetal anterior a la expansión viverista de los años 80, y en el mimo que permite una pequeñísima producción. Sus vinos en un soplo de aire fresco frente a la globalización, la estandarización generalizada de los vinos de Rioja, españoles y mundiales.

Basilio Izquierdo se presentó ante los aficionados con la humildad que ha caracterizado toda su trayectoria profesional y con su concepto vitivinícola que siempre mira de reojo a los vecinos franceses: “Selección en la bodega, pero especialmente en el propio viñedo, y sanidad, fundamental, para la futura evolución de los vinos”.

La cata

El bodeguero presentó a los aficionados sus dos principales referencias: B de Basilio, blanco y tinto en su segunda añada, la 2008, y la más reciente del 2011. Basilio Izquierdo elabora uno de los blancos más interesantes, originales y personales de Rioja. Conocedor de las variedades y de los viñedos de Rioja como nadie, el bodeguero tuvo claro que elaboraría un blanco diferente, con la garnacha blanca como protagonista: “Conozco esta variedad, de hecho habíamos hecho varias pruebas en CVNE, y su comportamiento, especialmente para los vinos de guarda, es especialmente interesante”.

El mayor problema de la garnacha blanca es que apenas existe: 16 hectáreas de las más de 63.000 que hay en la DOC Rioja y tampoco ha sido una de las preferencias de plantación en los últimos repartos para incrementar la masa vegetal blanca. “Sé de algunos viticultores de la zona de Haro que han plantado, pero, supongo que por la propia naturaleza de la garnacha, que es muy sensible en la floración, ha hecho que las elecciones hayan sido en mayor medida para otras variedades”, explicó el bodeguero.

En cualquier caso, Basilio Izquierdo tiene claro que cualquier apuesta en este sentido debe ser por uvas autóctonas: “No creo que Rioja acertase con un sucedáneo del chardonnay de Borgoña, por ejemplo; los suecos están muy bien en Suecia, pero sin embargo un sueco en Andalucía desentona bastante”.

El B de Basilio 2011 es la última añada en el mercado de este vino que en dos terceras partes es de garnacha blanca y el resto de viura. Frescura, acidez, un limpio y espectacular color pálido brillante y una boca completa, redonda y de gran elegancia: “La variedad tiene sus limitaciones, como son las aromáticas, pero para el tipo de vino que yo busco me interesan mucho más otras cosas”. El B de Basilio 2008 fue su segunda añada, presentada como la anterior en una peculiar botella rhin azul, que ya avanza el objetivo del enólogo: un vino de guarda y evolución en botella. En la cata, asienta la acidez de la añada más joven, mantiene la brillantez de color, sin un ápice de evolución oxidativa, y en la boca se muestra amable, largo y elegante. Un gran blanco.

Los tintos

Basilio Izquierdo invirtió el orden de la cata de los tintos: del más joven a la añada más antigua. El B de Basilio 2011 ha sido embotellado hace apenas dos meses, con lo que aún reposará en el botellero al menos un par de años antes de salir al mercado. El bodeguero recurre al tempranillo de la Sonsierra y Briones (60%), la garnacha de Tudelilla (35%) y un aporte de graciano de Haro (5%) para elaborar su tinto: “Es la mezcla varietal histórica de los grandes vinos de Rioja de toda la vida y con la que yo me siento más identificado”.

El 2011 aún no ha despertado. Presenta nervio en la copa, pero precisamente los vinos del bodeguero se caracterizan por una amabilidad y suavidad en el paso por boca que aún deberá redondear en el botellero. La prueba es el B de Basilio 2008: frescura, acidez, reflejo de los matices de las tres variedades que lo componen y, sobre todo, terciopelo en el paladar: “No hay clarificaciones de ningún tipo porque no las necesito con unas uvas tan sanas”. “Yo lo defino como un vino clásico –continúa- por la composición varietal y porque busco esas viñas, anteriores a 1985, que reflejan la identidad de lo que antes conocíamos como vinos de pueblo, que éramos capaces de distinguir a paladar, y que después de la plantación de clones estandarizados hemos ido perdiendo”.

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