El comercio entre viticultores y bodegas con los derechos de plantación de viñedos se extenderá previsiblemente hasta el final de la próxima vendimia. Ése es el plazo que baraja al menos la Consejería de Agricultura del Gobierno de La Rioja, cuyos representantes mantuvieron el pasado día 9 una reunión con el Ministerio con el fin de avanzar en el proceso de transición de los actuales derechos de plantación al de permisos administrativos, que será operativo a partir del 1 de enero de 2016. Igor Fonseca, director general de Agricultura, confirma que el Ministerio trabaja con las comunidades autónomas en un borrador de real decreto urgente para regular el paso del actual sistema de control de las plantaciones al que entrará en vigor en el 2016, aunque señala que «quedan todavía varias fechas y puntos importantes aún por determinar».
Así, Fonseca apunta que «por el momento parece ser que el 1 de junio del 2015 es el plazo marcado para el final de las transferencias de derechos entre comunidades autónomas y provincias [por ejemplo, entre distintas denominaciones de origen de una misma región], pero la fecha más importante, que es la que a nuestros viticultores afecta, es la que suponga el final de los intercambios entre particulares».
En este sentido, la intención de la Consejería es reunir en breve a las organizaciones agrarias y representantes del sector vitivinícola riojano con el fin de que «la transición sea lo más fácil posible para los viticultores, por lo que, si así lo entiende el sector, se podría retrasar hasta final de vendimia del 2015 el plazo con el fin de facilitar la planificación».
El nuevo sistema de permisos administrativos entra en vigor el 1 de enero del 2016, con duración hasta el 31 de diciembre del 2030. La gran diferencia es que las autorizaciones, a diferencia de los derechos, no serán transferibles y no tendrán valor económico como hasta ahora.
Los viticultores que tengan derechos sin plantar en propiedad deberán solicitar su conversión en autorizaciones y, según los plazos que maneja el Ministerio en el borrador de real decreto, podrán hacerlo desde el 1 de septiembre del 2015 hasta el 31 de diciembre del 2020, aunque deberán ser conscientes de la fecha de caducidad de los mismos.
Ésta es precisamente otra de las novedades y es que los derechos de plantación actuales caducan a los ocho años de no utilizarlos desde que se generan, mientras que las nuevas autorizaciones lo hacen a los tres, de ahí que se deje un margen tan amplio de cinco años para su conversión con el fin de no perjudicar a los viticultores.
La otra opción es venderlos en el mercado, aunque en este caso la operación deberá hacerse con seguridad antes del 1 de diciembre del 2015 y, con probabilidad, aunque como insiste Igor Fonseca no hay fecha fijada, al concluir la próxima vendimia. La situación actual del mercado de derechos de plantación es de una demanda claramente superior a la oferta: «Hay viticultores, en muchos casos jóvenes, que quieren ampliar y necesitan derechos, pero la realidad es que no hay oferta», explica José Antonio Torrecilla, secretario técnico de ARAG-Asaja.
De hecho, la presunción de prácticamente todo el sector es que los derechos incrementarán su precio a medida que se acerque la fecha final para su comercio. «Si no hay oferta, como en todo, es lógico que aumenten, aunque de momento no es que haya habido demasiadas variaciones en este sentido», apunta Torrecilla.
15.000 euros por hectárea
Así lo confirma un importante corredor de tierras y 'papel' que opera en toda la Denominación de Origen: «Más que de precio, lo que yo veo es un problema de que nadie quiere vender». «Los bancos no dan intereses y la situación económica es la que es -continúa-, así que quien tiene derechos y viñedos los conserva como un 'seguro' por si las moscas ya que ha vuelto a ser rentable el cultivo». El corredor explica asimismo que «la gente todavía no se cree el final de los derechos de plantación y en muchos casos piensan que habrá alguna prórroga porque el tránsito al nuevo sistema de autorizaciones implicará casos muy diferentes y no será fácil». La cotización actual de los derechos ronda los 15.000 euros por hectárea, según confirma el corredor. «Es posible que suba, aunque si no se vende ahora no creo que sea por una cuestión de precio, sino, como decía, porque el viñedo puede ser una opción de vida y los bancos no dan nada por el dinero».