Para Ramón Bilbao fue un privilegio protagonizar el pasado sábado la cata que clausuró la jornada de golf que patrocinó nuestra bodega. Resulta siempre interesante compartir unos momentos de tertulia y conocimiento en un ambiente festivo vinculado al mundo del deporte, porque encontramos un público con una predisposición natural a profundizar en otro mundo no menos apasionante: el mundo de los vinos de Rioja.
Desde Ramón Bilbao, pensamos que la oportunidad de presentarnos ante los participantes en la Liga Golf y Vino representaban una ocasión inmejorable para proponer una especie de juego a partir de dos de nuestros vinos muy especiales, porque ambos se han elaborado según un mismo elevado nivel de exigencia, siempre en busca de la excelencia, a partir de cepas ubicadas en dos rincones distintos de la DOC Rioja. Nuestro rosado, un auténtico descubrimiento para el mercado que está recibiendo una excepcional acogida (sobre todo, en Francia), que nace a partir de viñedos situados en las estribaciones de la Demanda: esos viñedos del entorno de Badarán, Cordovín y San Asensio que históricamente han alumbrado los mejores rosados. O claretes, que también es una denominación que define muy bien este vino del 2014, un clásico desde su color pálido y su aroma sutil, caracterizado por un elemento singular: su frescura. Una frescura que, acompañada de una equilibrada acidez, resaltan el poderío de la variedad con que se elabora: un vino 100% garnacha, de alta expresión.
Y de la sierra de la Demanda, en la cata viajamos hasta la sierra de Cantabria para encontrarnos con nuestro tinto edición limitada, un vino del 2012 elaborado a partir de cepas situados en ese entorno excepcional. Criado mediante una exhaustiva selección de uvas en sólo 965 barricas, se trata de un vino color rojo cereza, de capa alta, que depara recuerdos a moras y regaliz, y que en la boca se comporta de un modo vivo y envolvente, con sensaciones de ciruela, balsámicos y minerales hasta desembocar en la clase de tino que pretendíamos: un Rioja sabroso y redondo, de persistente final.
La lección común que ofrecen ambos vinos se puede resumir en cómo la búsqueda de la excelencia nos lleva en Ramón Bilbao a acertar con las mejores viñas, que ofrecen frutos inigualables para cada clase de vino. Vinos siempre grandes, desde la Demanda a la sierra de Cantabria.
(*) Enólogo de Ramón Bilbao.