Leticia Pérez Cuevas ha pasado buena parte de su vida profesional en la Agencia Espacial Europea (ESA) diseñando complejos mecanismos para diferentes satélites, tanto de investigación interestelar como ingenios tan conocidos como el Meteosat, el gran testigo universal de la climatología. Un día, hace dos años, Leticia, queleña e ingeniera, decidió dejar a un lado su pasión astronómica y volvió a su casa madre, Ontañón, la bodega de su familia: «Me fui muy joven para buscar nuevas experiencias y he tenido la inmensa suerte de aprender y vivir proyectos tan apasionantes como los telescopios espaciales ‘Herschel’ y ‘Planck’, destinados ambos al estudio del origen del universo.
En los confines del universo
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Ontañón elabora un vino conmemorativo del lanzamiento del nuevo Meteosat