Bodegas Faustino ha cimentado su prestigio a través de un trabajo incesante en busca de la excelencia para sus vinos, desdoblado en una vertiente dedicada, por un lado, a profundizar en los sabores clásicos de la DOC Rioja, y por otra parte pensando de manera denodada en la necesaria renovación. Que el cliente que busca nuestra etiqueta sepa que va a encontrar la pasión por innovar y la lealtad a esa manera de elaborar vinos que han hecho grande a nuestra Denominación.

Esa doble faceta fue la que elegimos para regresar a El Campo de Logroño con motivo de nuestra presencia en la Liga Golf y Vino. Porque nos consta que en la casa club de La Grajera nos aguarda un público especializado, que conoce bien a Bodegas Faustino y que sabe igualmente que no vamos a decepcionar al consumidor. Así que planteamos la degustación comenzando por un guiño a la modernidad a través de nuestro Faustino V Blanco 2014, un vino que cautiva a quienes lo prueban porque a la variedad dominante viura le añadimos un toque de una variedad nueva, la chardonnay, que consigue lo que pretendemos: otorga destellos dorados que recuerdan a los vinos emergentes y, sin perder autenticidad, aporta también un retrogusto más largo. Un vino, en resumen, que siendo fiel a la trayectoria del Rioja exhibe una identidad propia, una personalidad que se percibe en su capacidad para maridar con lo propio de los blancos (pescados, por supuesto) pero abriendo también el abanico hacia carnes blancas, carpaccios y otros bocados menos habituales.

El otro vino que pudimos catar el domingo representa, por el contrario, pura tradición. Un sentido homenaje a los grandes tintos riojanos como los que han alumbrado históricamente nuestra bodega. El Faustino V Reserva 2010 hace honor a esa añada, calificada como excelente, porque la excelencia es el destino inevitable de un vino nacido a partir de las mejores uvas de las mejores cepas, con un rendimiento bajo en busca de lo que finalmente encontramos: una esmerada concentración. ¿El resultado? Un tinto con el tempranillo como variedad dominante, lo que garantiza longevidad y estructura, enriquecido con una leve aportación de mazuelo que proporciona acidez y equilibrio. Un reserva suave, elegante, potente... Un reserva de gran recorrido. Un reserva redondo. Un tinto que, como el blanco que también catamos, encierra la esencia de Faustino: que los nuevos vinos sean tan excelentes como los de siempre.

(*) Directora Calidad e Innovación de Grupo Faustino