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Juan Carlos Sancha, con su vino Peña El Gato. :: díaz uriel
Juan Carlos Sancha, con su vino Peña El Gato. :: díaz uriel

La marcada esencia del terruño

  • Juan Carlos Sancha exprime las peculiaridades de cada parcela para ofrecer vinos únicos

baños de río tobía. La propuesta de Juan Carlos Sancha se mueve por la curiosidad y la puesta en valor de la materia prima. Una búsqueda de las esencias del campo, de las peculiaridades de cada viña hasta las últimas consecuencias, de la parcela al vino. Juan Carlos Sancha lleva a cabo en Baños de Río Tobía un minucioso trabajo para jugar con la influencia del 'terroir', esa mezcla de suelo, clima, variedad y prácticas.

La bodega cuenta con dos líneas surgidas de proyectos de investigación de la Universidad de La Rioja, una bajo la marca 'Ad Libitum', recuperando variedades como la maturana blanca y tinta, el tempranillo blanco o el turruntés, y otro en 'Peña El Gato', proponiéndose la recuperación de viñedos singulares de zona. «Busco siempre viñedos centenarios, que aquí son de garnacha, y que tengan alguna particularidad. Es algo que hay que preservar de cara a generaciones futuras», explica Juan Carlos Sancha.

Esa viña antigua es la base de sus vinos, pequeñas parcelas, muchas abandonadas durante años, que se encarga de recuperar en busca de la calidad que estas ofrecen: «Hacen los vinos más finos y elegantes, con más color y unos taninos más amables». Peña El Gato cuenta con viñas a 705 metros de altitud, en suelos arcillo-calcareos con escasa profundidad.

Pero su proyecto va más allá de mantener esas viñas casi centenarias, hacia la búsqueda de las peculiaridades de cara parcela. Para ello separa la uva de cada finca y elabora sus diferentes tintos de garnacha siguiendo exactamente el mismo proceso. «Es una forma de observar la influencia del 'terroir', es su única variable. Resulta curioso ver como parcelas separadas por apenas 200 metros dan vinos diferentes», apunta Sancha.

Su gama de vinos es original y supone una reivindicación: «En Rioja deberían valorarse más los vinos de pueblo y diferenciar el terruño, volver a nuestros orígenes aprovechando las condiciones de cada viña, su propia identidad».