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La 'gracia' del graciano

Tom Puyaubert se dirige a los asistentes en la cata del pasado miércoles en el hotel Gran Vía. :: Justo rodríguez
Tom Puyaubert se dirige a los asistentes en la cata del pasado miércoles en el hotel Gran Vía. :: Justo rodríguez
  • Tom Puyaubert presenta la evolución de un proyecto que rescata la identidad de uvas como el graciano y la garnacha y profundiza ahora en los terruños y los vinos más personales

  • Bodegas Exopto, en el club de catas de lomejordelvinoderioja.com

logroño. Cuando Tom Puyaubert todavía vendía barricas apostó con un grupo de buenos amigos a que un día haría un «vino del copón y con dos cojones'». Con la añada 2005, cuando unas parcelas viejas de graciano que el viticultor controlaba en Ábalos alcanzaron una madurez extraordinaria, Puyaubert lanzó el mercado Exopto, su vino 'top' al que acompañan desde entonces en la etiqueta unas letras en desorden en la que, si siguen un patrón concreto de lectura, podrán encontrar dicha leyenda.

Al margen de la anécdota, aquel 'flechazo' por el graciano marca la trayectoria y los vinos de Bodegas Exopto: «Mi cultura es bordelesa y cuando recaí en Rioja me enamoré de la tradición social vitivinícola y del viñedo viejo; veía muchos vinos 100% tempranillo, que se daba poca importancia a la garnacha y el graciano, cuando en mi tierra los vinos mezclan variedades, y pensé que había oportunidad para trabajar con una bodega pequeña».

Así nació Exopto, primero con la compra de uvas, luego con el arriendo de fincas y, en la actualidad, con cada vez más viñedo en propiedad. Puyaubert elabora de 'alquiler' en Laguardia (Rioja Alavesa), ha comprado viñedo en Ábalos (Rioja Alta) y controla parcelas de garnachas en vaso en el Monte de los Agudos, entre Aldeanueva y Calahorra (Rioja Baja). El viticultor tiene clara su opinión en el debate actual de la zonificación: «El reconocimiento del nombre de los pueblos, parajes, fincas... es una demanda de muchos pequeños elaboradores y consumidores y será positiva; ahora bien yo soy partidario de desarrollar todo este asunto dentro del paraguas de Rioja».

La cata

Puyaubert inauguró el miércoles por la noche la nueva temporada de catas del club de lomejordelvinoderioja.com con la presentación de los vinos que elabora con las siete hectáreas y diez parcelas que cultiva en La Rioja Baja y las 9 hectáreas y 20 parcelas del entorno de Ábalos: Rioja mediterránea y Rioja atlántica para vinos de mezcla, aunque con el incipiente desarrollo también de elaboraciones incluso más limitadas de parajes y terruños concretos: «Después de diez años conocemos los viñedos como para empezar a centrarnos en este tipo de producciones».

Horizonte de Exopto Blanco 2013 muestra cómo no hay que complicarse demasiado las cabeza con la viura: limitadas producciones de viñedos viejos, históricamente plantados en las cabezadas de tinto, para un vino que, perfectamente ensamblado con una madera fina, destaca por la presencia de cítricos y, sobre todo, por su frescura y potencia en boca: «No tenemos la intensidad de la verdejo o el albariño, pero sí estamos ante un vino que aguanta una comida de primeros y segundos platos y que evolucionará a la perfección durante cuatro a cinco años en botella».

Bozeto de Exopto 2014 fue el primer vino de Puyaubert, la «entrada de gama», con garnachas de los Agudos, hasta un 60% en esta añada, con un 35% de tempranillo y un 5% de graciano de Ábalos. Sin apenas presencia de madera -el viticultor cría la garnacha en cemento y sólo el tempranillo y graciano pasan por roble-, es un vino vivo y con la alegría y golosidad de las finas garnachas cuidadosamente elaboradas.

Puyaubert presentó a continuación dos añadas de Horizonte de Exopto, tempranillo con un 10% de garnacha, aunque en este caso de un perfil más frío de Ábalos y que, desde la añada 2012, cría en fudres 600 litros con esa casi obsesión de restar el mínimo protagonismo al carácter primario de los vinos: «La evolución de este vino ha sido un poco la de la bodega, con una elaboración más de 'manual' en los primeros años y, con la confianza y el conocimiento, más a nuestro aire en los últimos». La comparativa 2007 y 2013 hace a uno preguntarse cuál es el momento idóneo de consumo de este vino, presuntamente moderno, pero que envejece a la perfección: «Sí», responde el bodeguero, «me gustaría sacar los vinos al mercado más tarde, pero somos muy pequeños y no podemos desabastecer a nuestros clientes y distribuidores».

Exopto 2012 es el 'vino del copón', con el graciano como claro protagonista (60%), junto con un 20/30% de tempranillo y un 10/20% de garnacha: «Me encanta el graciano, pero exige mucho, así que Exopto sólo lo embotellamos en las cosechas en que el alcanza la madurez para superar el riesgo del tanino verde, lo que implica llegar casi a la sobremaduración con una vendimia muy tardía».

Exopto es pura potencia, con el carácter mentolado y especiado de esta variedad que hace que los vinos sean muy personales tras una larga crianza de 18 meses en barricas de roble francés. Como es habitual con el graciano, despierta pasiones y también alguna 'cara rara' en la cata.

Puyaubert cerró la cata con una sorpresa para los aficionados. Exopto Cuvée Noelia 2010, una limitadísima producción (120 magnum) que todavía no ha salido al mercado y que ahonda en esa línea de investigación de terruños y vinos singulares, como este monovarietal de graciano. Tras una crianza en madera de cuatro años, el vino bien podría encajar como un gran reserva porque todavía tiene mucho margen para seguir afinándose en botella. Un vinazo que hace pensar que Rioja tiene mucho por delante por descubrir y que, con proyectos como el de Exopto (uno de los fundadores de Rioja&Roll), seguro que lo hará.