lomejordelvinoderioja

El Alto Ebro, una de las zonas menos perjudicadas por el cambio climático

Los participantes en las jornadas de ayer de la UAGR. :: J. Herreros
Los participantes en las jornadas de ayer de la UAGR. :: J. Herreros
  • Una jornada de la UAGR aborda el problema del calentamiento y de las enfermedades de la madera en el viñedo riojano

Logroño. Luis Torres, coordinador sindical de la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR) y Leticia Olasolo, responsable de los servicios técnicos, presentaron ayer el encuentro 'Retos de la Viticultura riojana', que organizó el sindicato para analizar el cambio climático y las enfermedades de la madera del viñedo. Ambos recordaron que, aunque el sector vitivinícola se enfrenta a desafíos como la liberalización o los repartos de autorizaciones de plantación que penalizan a los agricultores, hay que tener presentes otros riesgos como los analizados en la jornada.

Pablo Resco, técnico de COAG, presentó el estudio 'Cambio climático y viñedo en España', según el cual la zona del Alto Ebro no será de las más perjudicadas. Aún así, el aumento de las temperaturas durante la maduración podrían provocar desequilibrios en la calidad de las uvas. En el lado positivo, las heladas serán menos graves, lo que podría redundar en aumentos productivos.

Manuel Ruiz Hernández, histórico técnico vitícola riojano e investigador, conectó rápidamente con el auditorio y señaló que es a partir del 2006 cuando se han apreciado los cambios más severos en las viñas riojanas, debidos en parte al cambio climático, pero no exclusivamente. En este sentido, citó también los cambios culturales en el viñedo y las nuevas técnicas enológicas.

Ruiz Hernández aludió a cinco como las afecciones más significativas del cambio climático: menos heladas en primavera, lo que podría ser positivo para la calidad y la cantidad de la cosecha; menos noches frías en septiembre, negativo para la formación de taninos; grados más elevados, aspecto también negativo; menos levaduras oxidativas, positivo especialmente para blancos y rosados; y más levaduras fermentantes y resistentes al calor, algo favorable para los vinos tintos. «Que nadie os venga a decir que hay que ir al Moncayo para combatir el cambio climático», advirtió a los viticultores Ruiz Hernández, quien, no obstante, puso en valor suelos arcillo calcáreos, hoy vírgenes de viña, para hacer vinos de calidad en las nuevas circunstancias.

Por último, Julián Palacios, ingeniero agrónomo, abordó la problemática de las enfermedades de la madera y las pérdidas económicas y de patrimonio vitícola que suponen sobre el viñedo riojano.