Aproximadamente la mitad de los nuevos permisos de plantaciones de viñedo solicitados en el conjunto del país para 2016 aspiraban a hincarse en Rioja. En este sentido, las peticiones para La Rioja, comunidad autónoma, alcanzaron las 4.444 hectáreas (a las que habría que sumar las de Álava y Navarra), según los primeros datos aportados por el Ministerio de Agricultura que avanzaron Ángel Palacios, técnico de la UAGR, y Tomás Latasa, secretario general de UPA.

Ambos participaron el miércoles por la noche, junto con José Luis Lapuente, director general del Consejo Regulador; José Luis Benítez, gerente del Grupo Rioja; Abel Torres, gerente de Viñedos del Aldeanueva, y representante de la Federación de Cooperativas e Igor Fonseca, técnico de ARAG-Asaja, en una jornada que, bajo el título 'Desafíos de la DOC Rioja', organizó la feria Entreviñas de Aldeanueva de Ebro.

El acuerdo del Consejo Regulador para limitar a un máximo de 387 hectáreas en 2016 permitirá controlar la incorporación de nueva masa vegetal, pero los datos ofrecen una idea del interés que realmente existe por plantar en Rioja. En este sentido, José Luis Lapuente recordó que «las reglas de juego han cambiado» y celebró el acuerdo: «Estamos ante una liberalización, si nadie lo remedia, con un aterrizaje 'blando' hasta el 2030 y, lo de menos es la cantidad, pero lo importante es 'blindarse' para mantener el control productivo». «Seguramente -añadió- alguna denominación que no lo ha hecho se puede llevar algún susto con este tema».

José Luis Benítez apuntó que «Rioja está ante un momento crucial» e insistió en que «es necesario el equilibrio del potencial vitícola para que haya calidad y en este sentido se mostró más partidario de crecer «vía nuevas plantaciones que por mayores rendimientos». Igor Fonseca (ARAG-Asaja) señaló que «el principal reto para los próximos años es producir lo que vendemos» y aventuró que «de no haber habido acuerdo tendríamos en no más de cinco años una grave crisis». Fonseca se mostró partidario también de la diferenciación vía vinos de paraje o finca, pero siempre que esa singularidad sea «rigurosamente cierta».

Abel Torres (Fecoar) defendió también al acuerdo para contener las plantaciones y, si bien se mostró partidario de la apuesta por los vinos de finca, no lo es de los de municipio: «Hay que hacer cosas que seamos capaces de controlar y no estamos de acuerdo con diferenciaciones por el lugar de donde has 'nacido'».

Ángel Palacios (UAGR) explicó que con las últimas reformas de la PAC «el sector vitivinícola es el único que puede equilibrar la producción, lo cual es una gran ventaja, y apuntó que «la historia demuestra que gestionamos mucho mejor la escasez que la abundancia». Por último, Tomás Latasa recordó que el 85% de los viñedos siguen siendo propiedad de viticultores y, si bien, compartió el mensaje diferenciador de Rioja con vinos de finca, alertó de que «la uva se sigue pagando a un estándar de 80 céntimos y, de la misma forma que hay vinos a distintos precios, debería haberlos también para las uvas».