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/ Justo Rodriguez

La viña en junio

  • Volvemos a la misma cepa en la que hace tres meses realizamos la poda para ver cómo ha evolucionado

La misma zona, la misma viña, el mismo suelo... Es más. Incluso la misma planta. Pero tres meses después. De un paisaje y un tiempo gris, una visión más bien triste (aunque también bonita), a una imagen alegre, verde y llena de vida. Volvemos al mismo lugar en el que hace tres meses explicábamos 'Cómo se poda una viña' para ver la evolución de esta y en qué punto está de crecimiento.

Como explica el viticultor Javier San Pedro, "de lo que vimos a lo que tenemos ahora, es completamente diferente. Ahora ya tenemos mucha masa vegetal".

  • La viña en junio

Durante el mes de mayo ya se han llevado a cabo las labores de poda en verde o espergurar: con cuidado se le sacan a la cepa los pequeños retoños y se dejan solo dos yemas por cada tallo. De esta forma, los nuevos brotes crecen sanos y fuertes, circula bien el aire y están expuestos al sol que les proporciona nutrientes para todos.

Ahora, en junio, con el buen tiempo, llega la floración, de la que dependerá en gran medida la calidad de la uva, por lo que es necesario extremar la protección a las plantas. Las pequeñas flores blancas se abren esperando ser polinizadas por el viento y los insectos. En cuanto la flor esté polinizada empezará a desarrollar el grano de uva.

Cada variedad lleva su ritmo: "En esta viña, de 1921, hay muchas plantas de tempranillo ya en floración otras de garnacha que no han empezado... Eso es lo bueno, la biodiversidad", comenta Javier.

El siguiente paso, cuando la flor ya sea fruto, es el envero, momento en el que volveremos a la misma viña para ver su evolución.