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Gracias por una vida dedicada al vino

  • Haro homenajeó a los cinco 'abuelos del vino' de esta edición en una jornada con caracoles, gavillas, morcilla y queso

Haro es tierra de viñedos y bodegas y muchos de sus vecinos han entregado su vida para conseguir que el vino de esta ciudad sea uno de los mejores del mundo. Cada año, el Ayuntamiento de Haro rinde homenaje a esas personas que han trabajado en las bodegas jarreras. Ser 'abuelo del vino' es un reconocimiento que siempre hace ilusión a quien lo recibe. Y este año han sido cinco los condecorados.

José María Alonso tiene 65 años y hace poco que colgó la bata en Bodegas Martínez Lacuesta después de 47 años. 40 años estuvo en Rioja Santiago José María Luzuriaga que ahora cuenta con 68 años. Uno más tiene Jesús María Virumbrales que dedicó 39 años de su vida a Bodegas CVNE. En Bodegas Bilbaínas trabajó durante 32 Manuel Miguel Sanz que se jubiló en diciembre al cumplir los 65 años. Y con 62 años también está retirado Jesús María López Loza que trabajó durante 45 en Bodegas R. López de Heredia.

A todos ellos, los jarreros les rindieron un caluroso aplauso y recibieron un diploma y un reloj de manos de integrantes de la corporación municipal, representantes de asociaciones y de los Jarreros Mayores e Infantiles que les pusieron al cuello el pañuelo de fiestas.

Fue el acto central de un día que también tuvo cata comentada, por la mañana, por el técnico de la Enológica Miguel Martínez. Por la tarde, la Kel del Caló celebró el concurso de lanzamiento de gavillas y en la Vega se congregó el público para asistir al tradicional certamen de condimentación de caracoles.

Nueve grupos se inscribieron y María Montse Díaz y las Tibivega fueron las ganadoras de esta edición con dos primeros premios de 200 euros al empatar a puntos. Y José Miguel Cortés y Manuel Crespo se llevaron la presentación.

Y también en la Vega disfrutaron con las degustaciones de morcillas Montse y el queso, pan y vino de la peña Cachondeo.