Saber qué bebemos
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El conocimiento de la marca, más allá del precio, es uno de los criterios que debe seguir el consumidor a la hora de elegir
Con casi todo preparado para las vacaciones, me planteo escribir sobre si realmente es importante para la compra de un vino el precio y la marca. Espero que después de leer estas líneas les ayuden a pagar por los vinos el precio justo. Hace unos meses nos planteamos hacer un interesante estudio: catar cuarenta vinos de Rioja segmentados por categoría de crianza y reserva y con una amplia horquilla de precios amplia, desde 4,5 euros hasta 140 euros. No hace falta decir que todos los vinos se cataron a ciegas para no engañar a nuestros sentidos.
Utilizando el lenguaje de la estadística, se puede decir que dos factores están correlacionados cuando tienen un coeficiente de correlación que se acerca a uno. Los resultados que obtuvimos de este estudio no sorprendieron demasiado, aunque yo tenía la esperanza de que hubiera salido un poco mejor. Si decíamos que nos teníamos que acercar a uno para definir que dos factores están relacionados, los valores que obtuvimos relacionando el precio del vino con la puntuación fue de 0,26, es decir, bastante lejos de la unidad.
Otra cuestión relevante fue que si relacionábamos la puntuación de los vinos con la cantidad de etilfenoles (aromas a cuero, establo,..) obteníamos un valor inferior a 0,1 y lo mismo sucedió con el precio de los vinos.
Ello indica que estos factores no tienen ninguna relación. Estos resultados son, en cierto modo, lógicos ya que en primer lugar no por pagar más dinero evitas el carácter fenolado de los vinos y, a su vez, también puede haber vinos con un cierto carácter fenolado que esté bien puntuado porque este 'toque' mejora la complejidad del vino.
De la misma forma, puede haber vinos que no tengan nada de etilfenoles pero que la puntuación sea escasa porque su calidad es baja. Sí que conviene señalar que los vinos sin carácter fenolado tenían un precio medio superior y una puntuación media superior.
La intención del estudio era intentar relacionar el precio con la calidad, y, aunque ya lo presuponíamos, constatamos que, independientemente del precio, la relación no es estrictamente directa con las altas puntuaciones. Ahora bien, si en lugar de estudiar los coeficientes de correlación separamos los vinos en diferentes rangos de precios, también obtenemos conclusiones interesantes siempre hablando de precios medios:
1. Precio inferior a 6 euros: la puntuación media de los vinos fue de 4,5 puntos sobre 10.
2. Rango de precio entre 6 y 15 euros: puntuación media 5,3.
3. Precios entre 15 y 25 euros: puntuación 6,14.
4. Precio superior a 25 euros: en este grupo encontramos el único vino al que valoramos con 8,8 puntos.
¿Cuál es la principal conclusión? Que lo que tiene que tener claro el consumidor es el conocimiento de marca. Si a uno le gusta un crianza de 5 euros, pues perfecto. No por pagar once euros va a estar mejor, o le va a saber mejor, y lo mismo sucede con los reservas de 12 y de 25 euros. Cada uno tiene que conocer las marcas, y los vinos, que le gustan.