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La vendimia se anima con una cosecha de menos grado pero que mantiene expectativas

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Labores de vendimia en unos viñedos de Finca Valpiedra esta misma semana. :: sonia tercero

  • La previsión de uva en cantidad se mantiene elevada y los técnicos aconsejan paciencia y selección para alcanzar la maduración óptima

La lenta maduración de la uva está empezando a poner nervioso a más de uno, si bien las perspectivas meteorológicas continúan dando tregua y por el momento no hay previsión de agua, que es lo que podría frustrar las expectativas de una añada de gran calidad. El mensaje de los técnicos sigue siendo el mismo: paciencia y vendimia muy escalonada.

El retraso respecto al año pasado supera ya las dos semanas, aunque, en principio las fechas de vendimia no serían diferentes a las de un año típico en Rioja. Si bien es cierto que la maduración está evolucionando muy lentamente, lo que apunta a que no será una cosecha de graduación alta como lo fue la del año pasado, en principio las perspectivas siguen siendo buenas. Estas son algunas de las impresiones de los técnicos y bodegueros por comarcas:

Alfaro. En el extremo suroriental, Álvaro Palacios (Palacios Remondo) cree que será un «gran año, incluso histórico» para la uva garnacha: «Tenemos menos producción que el año pasado, por corrimientos, y con bayas muy pequeñas que, a pesar de los calores de agosto y septiembre y de que llevamos más de cien días sin lluvia en la zona, son esencia pura sostenida por una gran acidez». Palacios, que ha reinjertado ya todos los vasos de tempranillo de la bodega a garnacha y apenas le quedan unas hectáreas de espaldera que seguirán el mismo destino en breve, señala que «el tempranillo, donde no hay riego, ha sufrido mucho más, mientras las garnachas, aunque verán mermada la producción, tienen pinta incluso de ser históricas».

El bodeguero, que comenzó el pasado lunes con el blanco y el martes con la tinta, aventura unos 20 ó 25 días más de vendimia: «La uva está sanísima, lo que nos permite afrontar la recogida con tranquilidad e ir sacando lo mejor cada parcela».

Cenicero/Fuenmayor. Valpiedra es un espectacular paraje sobre uno de los grandes meandros del Ebro, con un suelo de cascajo y un microclima propio influenciado por la Sierra de Cantabria y el río: «Es una finca temprana para la zona y en las últimas añadas teníamos que trabajar mucho para no pasarnos con las graduaciones alcohólicas», apunta Lauren Rosillo, director técnico de Finca Valpiedra, quien añade que, «de momento, estoy encantado». «Empezamos el miércoles y a mi juicio estamos ante una vendimia muy 'riojana, con unos 12,2 grados en los tempranillos y pH bajos, al estilo de la que tuvimos aquí en el 2010, que fue de las mejores del siglo XXI».

Rosillo entra así en un debate que estos días es habitual en el sector: «Es verdad que nos hemos acostumbrado a graduaciones elevadas, habitualmente por encima de 14, pero en mi caso prefiero vinos más ligeros al estilo de los Riojas de siempre».

La Sonsierra. Marcos Eguren (Sierra Cantabria y Viñedos de Páganos) es también optimista: «Hemos cogido blanco y hoy mismo empezamos con los tintos, pero estamos en las fechas de toda la vida de San Vicente, cuantro o cinco días antes del Pilar». Eguren confirma que «la graduación será un poco más baja, pero es de lo que nos venimos quejando en los últimos años...». «El ciclo madurativo ha sido perfecto, también en tiempos -continúa- y, aunque hay viñas que han sufrido con los calores y sólo subirán de grado por la deshidratación, sí creo que, de momento, la pinta de la cosecha es muy buena».

La vendimia será selectiva y el bodeguero entra de lleno en el otro gran debate: «Hay mucha uva en general, pese a que se ha descargado, y el acuerdo del Consejo Regulador para aumentar los rendimientos para mí ha sido un error». «Las viñas sin exceso de carga -prosigue- siguen madurando y, de nuevo, habrá grandes diferencias por este asunto en el conjunto de Rioja».

Briones. Miguel Ángel de Gregorio, al otro lado del Ebro, tiene aún la 'mosca detrás de la oreja': «Veo mucha irregularidad con un hollejo muy fino en el caso del tempranillo, lo que, si llegan las lluvias, puede traer muchos problemas». De Gregorio (Finca Allende y Finca Nueva) apunta ciertas situaciones atípicas, al menos en su zona: «Hemos tenido incluso más calor y menos lluvias que en La Rioja Baja y a estas alturas el contenido de alcohol debería aumentar un grado a la semana y lo está haciendo sólo medio grado».

El bodeguero secunda sus impresiones con la evolución de las garnachas: «Aquí son más tardías y este año van a estar antes que el tempranillo». En cualquier caso, aclara que «el mensaje es de momento de tranquilidad y paciencia». «Creo -continúa- que será un año para no perder los nervios y con una labor casi de 'artesanía' en la selección porque hay irregularidad entre cepas e incluso entre racimos».

Haro. Julio Sáenz, director técnico de La Rioja Alta S.A. (Haro), explica que la bodega comenzó hace unos días con los primeros tempranillos en Fuenmayor y Cenicero y, ayer mismo, en la finca La Pedriza, en Tudelilla. «Estamos en las fechas tradicionales de Rioja, pero sí que es cierto que la maduración perfecta de la uva se va produciendo muy lentamente».

En Haro y el entorno, de hecho, todavía no han comenzado. «Ha sido un año meteorológicamente atípico y difícil por las altas temperaturas y la sequía, lo que nos obligará a ir muy despacio, seleccionando y cortando parcela a parcela». Sáenz entra también en el debate sobre los viñedos con carga excesiva: «Creo que habrá un aumento significativo de la producción con el acuerdo del Consejo Regulador, por lo que las labores de poda y control son fundamentales para el equilibrio de las plantas».

La impresión general. Eugenio García del Moral, presidente de la Asociación Riojana para el Progreso de la Viticultura (Arprovi) y asesor de varias cooperativas por toda la Denominación, señala que «ni más ni menos estamos ante una vendimia como las de antes». «Llevábamos tiempo pidiendo maduraciones fenólicas y alcohólicas acompasadas y es lo que tenemos; no hacen falta uvas de más de 13 grados». Del Moral comparte que la vendimia será «muy selectiva» y confirma que «pese a las descargas sigue habiendo mucha uva». «Hay que seguir mentalizando a la gente -continúa- de que las grandes producciones son luego las que sufren y, si bien es cierto que hay viticultores nerviosos por la lenta evolución del grado, también hay que pensar que no hace falta tanto como en los últimos años». Por último, apunta a que «será un gran año, sobre todo, para variedades rústicas como garnacha, mazuelo o graciano».

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