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Juan y Andrea, en la sal de catas / Andrea Aragón

De la ecuación a la botella

  • La formación de los alumnos de Enología de la UR pasa por las fórmulas de la clase de química, el laboratorio, el viñedo o la sala de barricas

  • El objetivo es que los estudiantes puedan enfrentarse a cualquier viñedo en cualquier bodega del mundo

Matemáticas, física, química, biología... son algunas de las asignaturas con las que empiezan los alumnos de Enología de la Universidad de La Rioja. Es solo el principio y la base de una formación que va desde el laboratorio hasta el campo pasando por la sala de barricas y la elaboración de su propio vino.

El grado se imparte desde hace 20 años y en este tiempo se han graduado 550 enólogos. "Cada año entran a estudiar Enología 25 alumnos, que es el máximo que se acepta, y siempre hay alguno en lista de espera", asegura Zenaida Guadalupe, directora de Estudios del Grado. Además, por estos estudios de la UR pasan alumnos de Francia, Australia, Chile, Brasil, Alemania, Italia, EEUU, Argentina...

Entre el alumnado hay quien nunca han pisado una viña, pero también hay estudiantes que provienen de familias vinícolas de toda la vida. Una de las estudiantes que está cursando el grado y que habla con auténtica pasión e ilusión de sus estudios es Andrea Eguizábal: "Hay una asignatura en tercero en la que elaboras tu propio vino desde el principio y está muy chula, ya que compartes esa experiencia con tus compañeros y eso es espectacular". Ese compañerismo y la oportunidad que los alumnos tienen de compartir experiencias es una de las cosas que, aseguran, hace esta carrera muy especial. "Para mi ha sido la mejor etapa de mi vida", asegura Juan Valdelana, ya titulado, "la universidad es pequeña, es todo muy familiar y estos pocos en clase, así que el trato con el profesor es muy cercano".

Algo que caracteriza a esta carrera son los tiempos. En el campo no hay días de cierre así que es común ver a los alumnos en fines de semana o festivos, incluso San Mateo, haciendo algún trabajo en la viña, la sala de barricas o el laboratorio. "De hecho a finales de agosto ya están muchos por aquí controlando a ver cómo van 'sus' viñas", explica Ángel Luis Rubio, decano de la Facultad de CIencia y Tecnología

En ese campo no solo trabajan las viñas sino que aprenden diferentes tipos de sistemas de conducción de la vid, conocen diferentes variedades, tratan enfermedades, aprenden a podar o manejan la vegetación durante todo el año. Fernando Martínez de Toda, Catedrático de Viticultura, explica que los futuros enólogos salen de la facultad con suficientes conocimientos como para enfrentarse a casi cualquier viña y tipo de vid: "Este no es un grado en Rioja, sino en enología, por lo que se tratan todo tipo de formas y variedades. Los alumnos tienen que ser capaces de trabajar en cualquier bodega de cualquier país".

Ernesto Garrido, jefe del servicio de Laboratorio, cuenta que sin duda la elaboración, embotellado, etiquetado y presentación de sus vinos es sin duda lo que más ilusión hace a los futuros enólogos. "Son muy innovadores y cada año nos sorprenden con algún vino especial", asegura.

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