A punto de abrirse el periodo de un mes para las acreditaciones de representación en el Consejo Regulador, ARAG-Asaja apuesta por mostrar su «compromiso con Rioja» con la organización de una jornada técnica, 'El valor de Rioja está en sus principios', en la que, como telón de fondo, está el reto de mantener el modelo social y económico de la región vitícola ante la pretendida, al menos de momento, liberalización del sector vitivinícola europeo a partir del año 2030. Javier Rubio, presidente del sindicato agrario, asegura en este sentido que «Rioja necesita tener un modelo consolidado que dé tranquilidad a los viticultores para antes del 2030 [fecha de liberalización de las plantaciones] y no depender de las decisiones políticas. «Para ello, no hay otra fórmula que negociar; el futuro de Rioja sólo existe con diálogo».
- ¿Por qué ARAG-Asaja ha organizado esta jornada?
- Para explicar a los viticultores en qué estamos trabajando. Estamos en vísperas de la renovación de la representación de la Interprofesional y llevamos cuatro años defendiendo los intereses de los agricultores. La liberalización de las plantaciones sigue estando ahí, para el 2030, y para entonces Rioja debe tener un modelo totalmente consolidado que dé tranquilidad al viticultor y que no dependa de decisiones políticas.
- ¿Es necesario un compromiso a largo plazo entre viticultores y bodegas?
- Es necesario dialogar. Se nos ha acusado de 'blandos', de ceder en las negociaciones pero sin el acuerdo para limitar las plantaciones, que sólo firmamos nosotros por las organizaciones agrarias con cooperativas y bodegas, Rioja hubiera cometido una aberración. El año pasado hubiéramos tenido que recibir de golpe 4.000 hectáreas y este año se han pedido otras 6.000 nuevas. Nuestro objetivo es que el viticultor pueda estar tranquilo para el 2030, el 2040 y el 2050. El modelo de Rioja funciona pero hay que consolidarlo y eso sólo es posible con diálogo con bodegas y con cooperativas. No se trata de ceder, sino de alcanzar mayorías comprometidas con el futuro de Rioja y Asaja estará ahí seguro.
- El acuerdo que menciona caduca en el 2018. ¿Propondrán una renovación?
- Propondremos volver a dialogar en breve y, de hecho, hoy mismo volvería a firmar un acuerdo similar. Mientras otros hablan y no toman decisiones ni se comprometen nosotros volveremos a intentar limitar las superficies de plantación en función de las ventas. Si no se vende más no se planta y, llegado el momento, si no conseguimos vender mejor, pues tampoco. Rioja tiene que seguir creciendo en valor para consolidar el modelo de futuro y, si esto no sucede, el volumen tendrá que parar, pero estoy convencido de que éste es un objetivo compartido por todos, agricultores, cooperativas y bodegas.
- Con un escenario de liberalización cada vez más cercano, ¿cree que las bodegas se comprometerán con una nueva limitación de plantaciones?
- Estoy convencido de que es también su interés. Usted publicó hace unos días una importante operación de uva de una gran bodega con un acuerdo para cinco años. Eso da confianza y muestra ese compromiso con Rioja. Hay cada vez más acuerdo a tres años de abastecimiento generalizándose y estoy convencido de que, con este paso, los habrá también para cinco. Los viticultores tenemos que empezar a ser conscientes de que la madre de todo esto son las uvas, que gran parte, sino la mayor, del éxito de Rioja está ahí. Esta operación de abastecimiento está directamente relacionada con el que acuerdo que firmamos en 2015 sobre plantaciones y rendimientos. Las bodegas son conscientes de que se puede trabajar por el bien de todos si todos trabajamos por el bien de Rioja.
- Rioja está ultimando ajustes para la diferenciación de vinos. ¿Habrá también diferenciación de uvas?
- De hecho, ya las está habiendo, pero es cierto que esta diferenciación económica debe ser mucho más clara. Debe haber una línea nítida entre los viticultores que lo hacen bien, que son la mayoría y los que no tanto. En la jornada de hoy tenemos viticultores/bodegueros de gran prestigio que seguro nos pueden aportar en este sentido. Lo que tengo claro es que ése es el camino de Rioja para consolidar su modelo. El Consejo Regulador está visitando desde hace dos años regiones vitícolas de éxito y no podemos pretender de la noche a la mañana que las uvas se paguen a seis euros, pero es hacia donde tenemos que mirar. En esas denominaciones francesas o italianas de éxito conviven vinos de máxima calidad con otros de calidad, pero inferior, y es hacia donde debemos mirar.
- ¿Asaja está de acuerdo por tanto con las diferenciaciones por 'Viñedos Singulares' y los vinos de pueblo y las subzonas?
- Nuestra comisión del vino aprobó las bases de los 'Viñedos Singulares' y con el vino de pueblo y el ajuste de las subzonas seguimos dialogando. Estoy convencido de que llegaremos a un acuerdo y que no tardará mucho. El viticultor entiende más de uvas que de vinos y éstas son imprescindibles para hacer buenos vinos. Las estamos produciendo y, de hecho, nadie discute que Rioja está haciendo los mejores de su historia. El viticultor está cumpliendo con todos los requisitos que le exigen las bodegas de sanidad, grado, polifenoles, acidez... y también con todos los requerimientos del Consejo Regulador. Nuestras uvas dan la cara en todo momento y una de las asignaturas pendientes es reconocer que somos una pieza fundamental de Rioja y poner a la altura de los vinos el valor de las uvas que los producen.
- ¿Cómo ve Asaja la amenaza 'secesionista' impulsada además por las instituciones vascas?
- Como viticultores entendemos que todos juntos estamos mejor. Ellos tienen sus singularidades, como las tiene mi pueblo, y creo que hay que ponerlas en valor, pero las de todos... Estamos debatiendo el tema de las subzonas y el de los vinos de pueblo precisamente para ahondar en esas singularidades y, personalmente, creo que sería un tremendo error abandonar Rioja. Tenemos afiliados en las tres subzonas y dentro de ARAG-Asaja estamos muy cómodos. Es necesario dialogar y debatir, pero conscientes de que hay un objetivo común por encima de todos. Estoy convencido de que saldrá un buen acuerdo que reconozca las singularidades.