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Crónica de un despropósito que amenaza de nuevo

  • Nagore calificó de «perversos» los criterios principales que han determinado el reparto del 2016 y que volverán a ser los dominantes este año

Al margen de quien tiene la culpa, el despropósito vivido el año pasado, con la aparición de centenas de supuestos jóvenes agricultores dedicados a la actividad agraria, no vitícola, como aspirantes a las nuevas plantaciones de viñedo lleva camino repetirse para este año. Está por ver qué efectos tendrá la decisión de la Consejería de Agricultura de endurecer los criterios de acceso en la definición del jefe de explotación y en la exclusión de los pastos como superficie acreditable para hincar viñedo.

El propio consejero de Agricultura, Íñigo Nagore, calificó de «perversos» los criterios principales que han determinado el reparto del 2016 y que volverán a ser los dominantes este año: el que más tierra disponible acredita más se lleva y la propia actuación del propio sector vitícola que con la «avidez» demostrada por las nuevas plantaciones -y con las organizaciones agrarias como principales tramitadores de las solicitudes-, «hay gente que es capaz de hacer lo que sea para entrar en el grupo de prioridad», lamentó el consejero.

'Hacer lo que sea' es dar de alta en el sector agrario a familiares para que puedan optar a los repartos y es de suponer que las nuevas medidas de control de la Consejería reducirán notablemente al final la demanda solicitada de nuevas plantaciones. Ahora bien, el asunto no tiene buen final posible, ya que también desaparecerá mucho 'menudeo' y grandes propietarios de tierra volverán a hacerse con una buena tajada.

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