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Un momento de la cata de Álvaro Palacios.

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Un momento de la cata de Álvaro Palacios. SONIA TERCERO
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Los lugares mágicos de Álvaro Palacios

Álvaro Palacios presenta en una cata magistral su pirámide vitivinícola: el vino de villa, La Montesa, de paraje, La Propiedad, y el gran vino de viña clasificada: Quiñón de Valmira

Viernes, 17 de marzo 2023, 01:00

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Lugares mágicos. Es lo que Álvaro Palacios ha estado embotellando durante 35 años. Era 1989 cuando, tras estudiar en Burdeos, volvió con su padre a la bodega familiar, Palacios Remondo (Alfaro), con la idea de encontrar esa parcela, ese grand cru diferencial por suelos y tradición para elaborar vinos de talla mundial: «Era demasiado pronto, para mi propio padre y para una Rioja que había sido engullida por la industralización de la viticultura del siglo XX». «Para mí, un gran vino era distinto a un gran reserva, así que hice la maleta...».

Como comercial de Tonelería Magreñán conoció Priorat con René Barbier y de allí, una comarca casi desertizada, elaboró un vino mítico como L´ermita. Diez años después, descubrió las laderas y los viñedos centenarios de Bierzo, donde con su sobrino Ricardo creó La Faraona, otro vino que compite con las botellas más exclusivas del mundo y, a partir del año 2000, regresó a Alfaro para asumir las riendas de Palacios Remondo.

«Es el lugar amigos, ni 'terroir' ni hostias, todo está en el lugar y sólo hay que encontrarlo y respetarlo»

Nada es por casualidad y, tras un duro trabajo de reinjerto de tempranillos por garnacha, de recuperación de material genético original, de sustituciones de emparrados por tradicionales vasos, Álvaro Palacios encontró el Quiñón de Valmira, una parcela de tres hectáreas, en las faldas de Yerga y con un profundo suelo calizo, que le iba a permitir elaborar su gran vino de Rioja:«Son los suelos, el 75% de la personalidad de un gran vino está en los suelos y en el Viejo Mundo, pese a que hay que borrar gran parte de ese siglo XX que trató a nuestros abuelos viticultores como 'paletos', ellos ya tenían identificados esos grandes viñedos». «Sólo hay que redescubrirlos y cuidarlos como lo hicieron ellos». Back to de future, podría ser la máxima de Álvaro Palacios, una personalidad arrolladora que, tras una clase magistral es capaz de concluir la cata cantando a capela con su hija Lola. Así lo hizo el jueves por la noche para los aficionados del club de lomejordelvinoderioja.com, en una cata que seguramente ninguno de los asistentes olvidará en su vida.

Los vinos

Palacios comenzó con dos añadas de La Montesa, 2020, a punto de salir al mercado y 2021. La Montesa es una finca de cien hectáreas y Álvaro Palacios elabora la nada desdeñable cifra de 600.000 botellas de garnacha. Cultivo ecológico, selección íntegra de racimos, precisión enológica para casi inertizar la tendencia oxidativa de la variedad y un vino que, cada cosecha, sigue subiendo peldaños: «2020 fue el año de la pandemia y del mildiu, que nos dejó con un 30-40% de cosecha y, paradójicamente entre tanta lluvia, una Montesa con mucha estructura, mientras que 2021 fue de libro, más fresco y garnachero, con un verano fresco y seco como los de antes». No ocultó sus preferencias el bodeguero y lo cierto es que 2021, que estará todavía un buen tiempo en botella, aporta una finura espectacular: «Gloria bendita...». Dicho así por el propio Álvaro, para qué aportar más.

Álvaro Palacios, con su hija Lola, que ya sigue sus pasos.
Álvaro Palacios, con su hija Lola, que ya sigue sus pasos.

La Propiedad Viñas Viejas 2021 es una selección de las garnachas más antiguas de La Montesa (tres parcelas de 60, 80 y 95 años). Palacios no elabora La Propiedad todos los años pero sí este 2021 que, sobre suelos similares a LaMontesa –un sandwich de arcillas ferrosas con limo, que envuelven una capa caliza característica de Yerga– da lugar aun vino fantástico, fino y largo, con mucha fruta roja (fondos de fresa y cereza) y una acidez que sujeta una graduación que supera los 14 pero que ni se siente.

Quiñón de Valmira

«Es un nuevo estadio, lo que yo defino como un capricho de la naturaleza, donde el hombre únicamente debe estar ahí para preservar este lugar». Así describió el bodeguero Quiñón de Valmira, ese parcela de tres hectáreas de garnacha no especialmente viejas (40 años), pero con un suelo diferencial que Palacios mostró en una clarividente fotografía contrapuesta a La Montesa: una capa superior más ligera de arcilla ferrosa y un gran franja profunda de suelos de carbonato cálcico. «La magia está en este suelo, en esa gran capa de caliza que es común a buena parte de los mejores vinos del mundo», explicó.

Los vinos de la cata

  • La Montesa 2020 y 2021. Aún en bodega, hasta ahora con un precio de 14 euros, aunque subirá a partir de estas dos añadas.

  • La Propiedad 2021. Todavía en bodega. 28 euros (la 2019).

  • Quiñón de Valmira 2016, 2019 y 2021. Se vende por cupos en primeur (venta anticipada). 420 euros.

Alvaro Palacios no sólo llegó con palabras sino con una inédita y extraordinaria vertical de Quiñón de Valmira (2021, 2019 y 2016), tres cosechas, tres perfiles diferentes de vinos en las que la fruta roja se 'asilvestra' hacia la complejidad del bosque, con unas notas cítricas de piel de naranja muy definidas y con una finura que se hace extrema para un vino delicado que envuelve y conquista. Fantásticos el 2021 y el 2019 e inolvidable el 2016, fuera ya de mercado –todo se vende por cupos en primeur–, con un toque licoroso y una delicadeza extrema: «Es el lugar amigos, ni terroir ni hostias, el lugar y sólo hay que encontrarlo y respetarlo».

Tres vinos, de diferentes añadas, construyen la pirámide de Álvaro Palacios –que no inventa nada, sino que sigue la histórica clasificación francesa–: vino de villa (La Montesa), vino de paraje (La Propiedad) y Gran Vino de Viña Clasificada (Quiñón de Valmira), que lleva al cronista a preguntarse: «¿Y por qué no lo hacen caso en Rioja?». Cosas de Rioja, aunque afortunadamente ya hubo una corriente de renovadores en los pasados años 90 empezó a dar más importancia a los viñedos que a las barricas y, sobre todo, una nueva generación actual que sigue también la directriz de los 'lugares'. Para concluir, un reflexión sobre la caída del consumo de vino en el mundo: «Sin vino, y eso viene desde los romanos, vamos hacia una sociedad aburrida y poco espiritual». Amén.

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