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El viticultor, con su familia en el viñedo del Mazuelo de la Quinta Cruz. FERNANDO BÓBEDA
Miguel Merino abre la temporada del Club de Catas el próximo jueves 23

Miguel Merino abre la temporada del Club de Catas el próximo jueves 23

El joven viticultor de Briones llega con toda la 'artillería', incluidas las pequeñas elaboraciones parcelarias que vende por cupos

Alberto Gil

Logroño

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Sábado, 18 de febrero 2023, 01:00

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Con todo acude Miguel Merino el próximo jueves 23 a la cata de apertura de temporada del club de lomejordelvinoderioja.com –cuyas plazas se han agotado en unos minutos– para la que ha reservado unas botellas desde hace tiempo porque la pequeña bodega de Briones (50.000 botellas) vende todo por cupos.

Miguel Merino, hijo del conocido y respetado bodeguero Miguel Merino –fallecido hace poco más de un año– se asentó definitivamente en la casa familiar a partir del año 2017, tras una etapa de formación acelerada e intensa en otras bodegas: «Cuando volví, mi padre me dijo que me centrara en mejorar los vinos porque la bodega iba bien, y la verdad es que su pérdida fue traumática porque nos entendíamos a la perfección».

Padre e hijo lo habían intentando antes, pero en el 2010 Miguel junior decidió volar por su cuenta: «Siempre he admirado a mi padre que, siendo comercial de vinos, fue capaz de empezar un proyecto en 1994 prácticamente de la nada, salir adelante y de qué manera; yo era muy joven, periodista de formación académica, y me presionaba mucho ir asumiendo un negocio propio cuando todavía tenía mucho por aprender».

LA CATA

  • La cita El jueves 23 de febrero, a las 20.00 horas en el hotel Gran Vía de Logroño, con plazas para los primeros inscritos en lomejordelvinoderioja.com (15 euros persona) y dos entradas dobles gratuitas para suscriptores de ON+ de larioja.com.

  • Los vinos de la cata Miguel Merino Blanco 2021; Miguel Merino Viñas Jóvenes 2020; La Pasada 2020; Mazuelo de la Quinta Cruz; La Loma 2020 y Vitola 2018.

  • PLAZAS Agotadas

El reencuentro se produjo en el 2017 y lo que desde hace unos años están saliendo al mercado son los vinos de Miguel Merino junior, nuevas etiquetas con una mirada mucho más enfocada a la viña y a los terruños y que están teniendo el reconocimiento absoluto de crítica y público: «La bodega y nuestros viñedos están en Briones y mi idea era hacer vinos que reflejaran este terruño, este paisaje». «Es decir –continúa– debía intentar ser lo más honesto con el pueblo donde estamos y, afortunadamente, creo que lo estamos consiguiendo».

La cata

El joven viticultor comenzará con Miguel Merino Blanco 2021, un vino de garnacha blanca de cepas plantadas en la cabezada de su viñedo más querido, La Loma, y de viura de otros dos viejas parcelas (1950) adquiridas hace unos años. Miguel elabora y fermenta por separado las dos variedades en bocoyes de 500 litros antes de su ensamblaje final: «Hacemos unos 3.000 litros y creo que hemos conseguido hacer un vino a la altura de los que grandes vinos blancos que se están haciendo ahora en Rioja».

Miguel Merino Viñas Jóvenes 2020 es el vino de las plantaciones más recientes que ha ido hincando la bodega en los últimos años: «Es fresco, frutal, de las uvas que en el futuro serán la base de nuestros reservas, pero que en la actualidad preferimos embotellarlas para un vino agradable, de consumo de rotación pero sin excesivas pretensiones». La Pasada 2020 es todavía una experimentación, un blend de una vieja parcela (1918) que Miguel Merino compró en 2019 y que presentará por primera vez en una cata: «Es tempranillo con un 20% de calagraño, apenas una fanega, que nos ha dado para un bocoy de 500 litros». «Aún es un poco bebé –avanza–, pero, sí, creo que de ahí haremos algo chulo».

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El que ya es un vinazo es el Mazuelo de la Quinta Cruz 2020, un singular varietal con el que comenzó su padre, pero que Miguel junior ha afinado y caracterizado: «Es un suelo de cascajo muy pobre de un viñedo que apenas produce, pero es lo que necesita el mazuelo, y lo que hemos hecho es un cambio radical, en la viticultura, pero sobre todo en el momento de vendimia, sin esperar y esperar a que madure del todo porque nunca lo hace».

Del mazuelo a La Loma 2020, un tempranillo (90%) con garnacha (10%) de un único viñedo de 1946: «Cada añada es diferente en este vino [Tim Atkin situó la 2019 en lo más alto, como el mejor vino de Rioja en su Report de 2022] y en esta cosecha, la 20, vamos a notar un La Loma más especiado, pero esta variabilidad es lo más bonito porque eso significa terroir». «La magia de este vino –continúa– está en el suelo, que combina el calcáreo de la Sonsierra con las arcillas ferrosas más típicas del Alto Najerilla».

Y, para terminar, Vitola 2018 el reserva especial que ya hacía su padre, pero entonces dentro de una concepción mucho más 'clásica' de los vinos: «Los vinos de más larga crianza, como éste, o el reserva Miguel Merino que era el principal de mi padre, están ahora saliendo al mercado tras el cambio de filosofía en el viñedo y en la bodega», explica el viticultor. «Mantenemos una larga crianza, en el Vitola con roble francés pero ahora sólo en un 20% nuevo, y con más protagonismo de la fruta».

Es la interpretación de los clásicos de la nueva generación de Miguel Merino, una opción a la que no renuncia ni mucho menos: «Apenas hay pequeños productores haciendo vinos clásicos y yo personalmente creo que tampoco hay por qué renunciar a ellos». Un comienzo inmejorable para la nueva temporada.

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