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Cata organizada por lomejordelvinoderioja en el Husa Gran Vía de la bodega Viñedos Ruiz Jiménez
Cata organizada por lomejordelvinoderioja en el Husa Gran Vía de la bodega Viñedos Ruiz Jiménez / LA RIOJA
  • Viñedos Ruiz Jiménez expuso ante los aficionados del club de lomejordelvinoderioja.com su forma de entender la viticultura y cómo plasmar la personalidad del viñedo en una botella en una cata a la que asistieron 50 aficionados de forma gratuita

«Exigimos a los ganaderos que los piensos que dan a sus animales no contengan residuos químicos, pero no hacemos lo mismo con el vino, que ingerimos directamente las personas». «La viticultura ecológica no da ni más ni menos organolépticamente al vino, pero sí te garantiza que lo que consumes está libre de estos residuos». La declaración de intenciones es de Francisco Ruiz Jiménez (Viñedos Ruiz Jiménez, Aldeanueva).

El equipo de Viñedos Ruiz Jiménez presentó el jueves por la noche para el club de catas de lomejordelvinoderioja.com su gama de vinos ecológicos (las 70 hectáreas que cultiva están certificadas) y un modelo de negocio pensado para la exportación y para un grupo fiel de consumidores centroeuropeos que valoran el esfuerzo orgánico, cosa que apenas sucede en España: «Somos una empresa de servicios: los clientes nos piden como quieren el vino y nosotros tratamos de adaptarnos», apunta el bodeguero.

La personalidad, reflejo del viñedo, caracteriza los vinos de Ruiz Jiménez. La gama mostró una potente estructura, tanto en los jóvenes como en los criados y, sobre todo, una complejidad aromática muy diferente a lo habitual en Rioja. Rocío Ruiz, hermana de Francisco, presentó la bodega: «Tuvimos claro desde el origen que nuestra apuesta era el vino ecológico, lo que nos hace estar mucho más atentos a la viña».

La cata

Comenzó con el Perseus Rosado 2012, un experimento en su día: «Empezamos hace tres años con la idea de hacer un rosado pálido, muy diferente al tradicional de la zona: ligero, de garnacha 100%, y sobre todo agradable», explicó Rocío. «No lo conseguimos a la primera y obtuvimos un vino entre tinto y rosado que nos echaron para atrás». Sin embargo, el Perseus 2012 ya pega fuerte: «El año pasado, un importador de EEUU nos encargó 8.000 botellas para San Valentín 2013, que ya hemos mandado de la última añada». En la cata el vino recuerda a la vista más un clarete típico de Cordovín por su palidez, incluso con un punto de carbónico, aunque en la nariz y en la boca despliega la golosidad propia de la garnacha. Un vino muy agradable para beber más de una copa.

El Perseus tinto 2012 está muy lejos de las tradicionales maceraciones carbónicas: profundo, muy estructurado y goloso. «Aguantaría perfectamente una crianza, pero hay mercados que nos piden esta estructura, como los del norte de Europa, donde la gente no va de ‘chiquiteo’», detalló Ángela Sáenz, directora de exportación de la bodega.

Valcaliente es la principal finca de Ruiz Jiménez. En la Sierra de los Agudos, en Calahorra, las viñas son espectaculares vasos y espalderas en ladera con una exposición solar intensa que permite a Ruiz Jiménez cultivar con cubiertas vegetales vírgenes durante seis meses entre renques y con cubiertas debajo de las cepas durante los otros seis. El Valcaliente crianza 2010 (tempranillo y graciano) guarda los aromas a pinar y monte bajo que rodean las viñas. Es la principal referencia de la bodega y, como todos, diferente y propio.

El Ingenio 2009 procede de la finca el Olivar. Es una producción que prácticamente se vende a un cliente suizo que dicta hacia dónde debe ir el vino, e incluso el cultivo. El Ingenio es potente, con más tiempo en barrica (podría etiquetarse como reserva, pero va como genérico), monvarietal de tempranillo, y «producto de múltiples ensayos y experimentaciones, tanto en campo como en bodega», explicó Beatriz Izquierdo, enóloga de Viñedos Ruiz Jiménez.

La cata concluye con una espectacular y sorprendente garnacha, Valcaliente Garnacha 2011, con una corta estancia en roble (cuatro meses) y una producción limitada de 3.000 botellas: «Es muy diferente al resto, no deja indiferente», avanzó la enóloga. Y así se mostró en la cata: potencia combinada con juventud y con una riqueza aromática de extraordinaria personalidad. «Creemos en la garnacha, experimentamos con ella, porque es una variedad que nos dará mucho recorrido en el futuro», apostilló Francisco Ruiz Jiménez.

Viñedos Ruiz Jiménez no dejo indiferente a los aficionados y más cuando el bodeguero desveló los precios: entre 4 y 9 euros toda la gama. Eso sí, para comprarlos hay que visitar la bodega, porque todo está ya vendido y, casi todo, en el exterior (exporta el 98%).