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Vega Sicilia descubre su proyecto de Rioja en primicia para lomejordelvinoderioja.com

Los vinos que se pudieron disfrutar en la cata.
Los vinos que se pudieron disfrutar en la cata. / LA RIOJA
  • Benjamin de Rothschild-Vega Sicilia presentó anoche los vinos Macán de su proyecto de Rioja, en una cata a la que asistieron gratuitamente por sorteo 50 aficionados: dos grandes vinos que harán historia en Rioja

El proyecto de Benjamin Rothschild -mayor accionista privado del mítico chateau Laffite- y Vega Sicilia en Rioja ya es realidad. Pablo Álvarez, consejero delegado del grupo bodeguero más prestigioso de España, y Javier Ausás, director técnico de la compañía, presentaron el jueves por la noche en primicia para lomejordelvinoderioja.com el Macán y el Macán Clásico 2009, los dos vinos que sacarán al mercado en apenas mes y medio y que, con el tiempo, harán historia en Rioja. Hoy, Pablo Álvarez, preside un consejo de administración en el que el grupo decidirá el proyecto arquitectónico para la nueva bodega y el diseño y etiquetas de los Macán.

La familia Álvarez adquirió Vega Sicilia en 1982: “No sabíamos nada de vino, pero queríamos hacer cosas y teníamos una bodega muy clásica con un gran prestigio que no sólo debíamos preservar sino mejorar”, recordó Pablo Álvarez.

La primera decisión de calado la tomaron en 1986: “Decidimos crear Bodegas Alión, porque queríamos que dejaran tranquila a Vega Sicilia; con Alión hicimos vinos diferentes, más modernos, pioneros en su momento con 100% tempranillo y sólo roble francés, para proteger lo que más queríamos”.

En el año 2001, en Francia, Pablo Álvarez conversó con Benjamin de Rothschild y barajaron la posibilidad de hacer un proyecto conjunto en una alianza inédita franco española: “Pensamos en Rioja; en la gran región vitivinícola española, por encima de Ribera del Duero, donde aún queda mucho camino por recorrer, y así nació el proyecto”.

La cata

Javier Ausás, director técnico de Vega Sicilia, propuso una cata con mensaje: la extraordinaria versatilidad del tempranillo desde la óptima del grupo bodeguero en la añada 2009 en Toro (Pintia), Ribera (Alión) y Rioja (Macán). “El Duero es nuestro río e hicimos prospecciones de hasta dónde podíamos llegar con el viñedo y llegamos a la conclusión de que el límite era Toro”.

Pintia tiene los viñedos a 650 metros de altitud (San Román de Hornija), sobre una superficie de canto rodado, que multiplica el calor en verano, y un subsuelo arcilloso que conserva el agua del invierno y la va dosificando: “Nuestro vino intenta siempre ser el mejor que podemos hacer, lo que no quiere decir que realmente sea el mejor; es decir, para nosotros la personalidad de la zona lo es todo, así que no pretendemos hacer Vega Sicilias en Toro”, explicó el enólogo. “Pintia es un vino de exuberancia, con elegancia, pero con la rusticidad propia de la comarca”. “Toro –agregó- tiene cuernos y no podemos obviar esa personalidad”.

En la cata, el Pintia 2009 demuestra su poderío nada más caer en la copa. Elevada graduación (15), concentración y acidez: un vino de Toro, por supuesto, pero con la marca de la casa: extraordinario equilibrio en altos niveles de todo.

Javier Ausás está acostumbrado a sufrir en vendimias: “Toro permite una calidad estándar muy alta, con pocos problemas; Rioja es ‘fácil’ climatológicamente, pero Ribera es capaz de lo mejor y de lo peor”. “En el 2008 las heladas, tardías y tempranas, nos destrozaron y sacrificamos un tercio de la cosecha de Alión”, recordó.

En la cata, el Alión 2009 muestra desde el primer momento la sutilidad y complejidad de los mejores Riberas, con una fuerte carga aromática a la que nunca podrá llegar Rioja por ‘genética’: “Es la versión ‘civilizada’ del Pintia’, describió gráficamente Ausás.

Rioja

Rothschild-Vega Sicilia lleva comprando viñedo en la Sonsierra desde el año 2002. Ha reunido 75 hectáreas ya plantadas y otras 15 de tierra en las que plantará la propia selección clonal con la que está trabajando. El proyecto se inició con gran discreción y una sociedad interpuesta para hacer las compras con el fin de ocultar la identidad de los promotores: “Pensábamos que iba a ser más difícil reunir los viñedos, pero estamos muy satisfechos, con cuatro muy buenas añadas ya en bodega y unos vinos que nos han sorprendido”, explicó Álvarez. “De momento –continuó- elaboramos unas 120.000 botellas, lo máximo que podemos en la bodega de alquiler que utilizamos, y la idea es tener siempre unas 85 hectáreas en producción para estabilizarnos sobre las 300.000 botellas cuando tengamos nuestra propia bodega”.

Rothschild-Vega Sicilia es consciente de que no ha hecho más que comenzar: “Hacer un gran vino cuesta toda una vida y acabamos de llegar a Rioja”. Pero los Macán, como todo el proyecto, ya apuntan. Serán grandes. Macán Clásico 2009 es el segundo vino, que sólo habrá en las añadas en que toda la producción no sirva para el primero. “Sabíamos que íbamos a estar en el centro del foco y tenemos un ‘supersegundo’ vino”, avanzó Ausas. Trago largo, fresco -frente a la ‘continentalidad’ de Toro y Ribera Vega Sicilia quiere explotar la frescura y ‘atlanticidad’ de la Sonsierra- y una elegancia a la que difícilmente puede llegar Ribera.

El Macán 2009 es la punta de lanza: el vino que quiere identificar el proyecto Rothschild-Vega Sicilia. No tan fácil como su ‘hermano pequeño’, ofrece más mineralidad del suelo arcillo calcáreo y, sobre todo, profundidad: “No pretendemos un pseudopintia o un pseudoalión, sino hacer un gran vino de Rioja”. “A eso hemos venido aquí”, insistió Ausás. "¿Cómo describiría estos vinos?, pues sobre Macán Clásico te diría, tómatelo ahora y, sobre Macán te diría, guárdalo", concluyó.