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El Barrio de la Estación de Haro, de momento vacío salvo para la actividad bodeguera. ÓSCAR SAN JUAN
Coronavirus en La Rioja: El enoturismo empieza a 'deshibernar' lentamente

El enoturismo empieza a 'deshibernar' lentamente

Vino de Rioja. La mayoría de bodegas continúan cerradas a las visitas, salvo terrazas y tiendas, pero algún hotel como el Palacio Tondón reabrió ya el pasado lunes

Alberto Gil

Logroño

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Viernes, 15 de mayo 2020, 07:45

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Muy despacio, con dudas y en algunos casos solo con preparativos, pero el enoturismo comienza a despertar e intentar salvar una temporada que, aunque ni mucho menos compensará lo perdido, confía al menos en recibir el empuje del turismo nacional en las próximas semanas y meses.

El Barrio de la Estación de Haro, principal motor enoturístico de la región, continúa prácticamente cerrado y es que la fase 1 no permite aún los desplazamientos interregionales: «Podíamos abrir la terraza para atender visitas, pero por el momento, creo que de forma generalizada en todo el Barrio, vamos a esperar un poco», explica David González, de Bodegas Gómez Cruzado. «No hay que tener prisa por ser los primeros –continúa–, sino que la idea es abrir cuando haya plenas garantías y con un movimiento de viajeros cuando menos entre provincias y regiones».

El enoturismo de Gómez Cruzado, con una importante superficie de terraza que adecuarán a las condiciones que exige la 'nueva realidad', ha sido un apartado muy trabajado durante años por la bodega: «Nos ha permitido contar con la importante base de clientes y amigos y aprovecharla ahora para vender algo de vino para ir tirando porque, por lo demás, dependemos en un altísimo porcentaje de la hostelería», explica González.

«No hay que tener prisa por ser los primeros; la idea es esperar a que haya plenas garantías y movimiento de viajeros»

David González Bodegas Gómez Cruzado

Estela Lecea, de Bodegas Lecea, en San Asensio, ha abierto por el momento la tienda al público: «Siempre se acerca alguien y, respecto a las visitas, estamos trabajando en una propuesta más ligada al aire libre que a los tradicionales calados». Lecea, que puso en marcha un programa de visitas gratuitas a su bodega para sanitarios en reconocimiento a su esfuerzo, ya está recibiendo peticiones en la web: «Hay gente que se va apuntando, pero tenemos que ver un poco las fechas de apertura porque nos falta información sobre protocolos a seguir para poder ir concretando todo».

Bodegas Lecea ha sido muy activa durante el confinamiento en las redes sociales y están contentos con el resultado: «Hemos propuesto charlas y catas, y la gente, la mayoría clientes que ya conocían la bodega, ha respondido».

Richi Arambarri, de la compañía de vinos Vintae, señala que, de momento, no se plantean abrir para enoturismo: «No es nuestro principal negocio, aunque por supuesto que lo trabajamos pero es pronto para tomar decisiones de inversión en elementos de seguridad, por ejemplo, porque nos falta información y puede cambiar de una semana para otra». «Estamos dándole vueltas al tema –continúa– porque no nos queremos precipitar y hacer las cosas bien; sí que pensamos en reacondicionar la oferta hacia viñedos y espacios abiertos, pero vamos a ir poco a poco».

«Están llegando reservas para los meses de junio, julio y agosto, turismo nacional cuando antes era internacional»

Elena Corzana Palacio Tondón

Arambarri, que apostó desde hace años por la venta 'on line' de sus vinos, asociados a canales especializados y a clubes de vino, sí ha obtenido resultados durante el confinamiento: «Hemos tenido la ventaja de que estábamos desde hace tiempo en el comercio electrónico y también hemos apostado por la venta directa». «Aunque no compensa el cierre de la hostelería –agrega–, creo que este tipo de comercio ha venido para quedarse y ha tenido crecimientos llamativos».

El gerente de Vintae quiere ver también aspectos positivos: «El vino ha recuperado terreno respecto a la cerveza en el consumo doméstico». «La gente –considera– bebía vino sobre todo fuera del hogar y, aunque lo continuará haciendo, se nos ha abierto una ventana para llegar a las casas».

Los hoteles

El Palacio Tondón, de Briñas, está abierto desde el pasado lunes, no solo la preciosa terraza sobre el río Ebro, sino también las habitaciones: «Ya hemos tenido algunas personas alojadas, gente que viene a trabajar de fuera y este fin de semana ya tenemos reservas locales», explica Elena Corzana.

De momento, la prohibición de los movimientos interprovinciales, salvo para trabajo, limitan mucho las posibilidades pero el Palacio Tondón lo tenía claro: «Tenemos una terraza maravillosa de 500 metros, a donde hemos desplazado el wine bar y es una oportunidad para que la gente de aquí nos conozca». Corzana confirma que las reservas se han empezado a animar: «Están llamando, incluso alguno para mayo, pero sobre todo para junio, julio y para agosto..., es turismo nacional cuando antes la demanda era internacional, pero poco a poco vamos arrancando».

Roberto Guillén, del hotel bodega Finca de los Arandinos, mantiene abierta la bodega (como actividad esencial) desde el estado de alarma, aunque con el hotel irá más despacio: «Nuestra idea es abrir para el primer fin de semana de julio, cuando ya se permita el movimiento de personas con libertad». «Somos un pequeño hotel –continúa–, con un número bastante limitado de habitaciones y sí están llegando las primeras reservas y confirmándose otras, aunque para nosotros nuestra principal clientela era internacional».

Guillén ya prepara cambios en el restaurante para adaptarse a la 'nueva realidad', pero cree que no abrirá hasta que lo haga también el hotel.

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