José Luis López-Linares | Director de cine

«Veo el Rioja como expresión de esta tierra»

He visto lo que es verdadera pasión por el vino y por la tierra y eso es lo que he querido transmitir». Amante del Rioja desde joven y definitivamente enamorado ahora que lo ha conocido en profundidad, el cineasta madrileño José Luis López-Linares ha realizado un emotivo retrato humano en 'Rioja, la tierra de los mil vinos', el primer gran documental con ambición cinematográfica sobre el vino de Rioja y que está ahora mismo en cartelera en prácticamente todo el país.

La película es fruto del proyecto de Morena Films (productora de éxitos como 'Campeones' o 'Celda 211') surgido hace dos años en el Festival de Cine de San Sebastián, donde La Rioja Film Commission buscaba atraer rodajes a la región. Ha contado con la participación del Consejo Regulador y el apoyo del Gobierno autonómico a través de La Rioja 360 Grados Avanza. Este otoño, tras pasar por el Festival de Cine de Valladolid, fue estrenada en Logroño el 9 de noviembre. «No podíamos tener una premier en otro sitio que no fuera Rioja», dice el director, ganador de tres Goya.

López-Linares se confiesa rendido a sus vinos desde su juventud:«Cuando pedías un vino en los bares de Madrid te preguntaban '¿vino o Rioja?' Ya entonces entendí que había una diferencia, un vino de calidad». Desde entonces hasta hoy confiesa haber bebido «mucho Rioja y muy buenos vinos». «Así que venir a rodar una película aquí ha sido un regalo –afirma–. Cuando me llamó el productor hace un año tardé tres minisegundos en contestar que sí».

El rodaje se llevó a cabo a partir de la vendimia del año pasado en las tres subzonas de la denominación. Requirió tres meses sobre el terreno, más de cien horas de material grabado y cincuenta entrevistas.

«Lamentablemente es imposible incluir todas las bodegas todas –se excusa–. Nos hemos aproximado a ellas como en una conversación cercana con una copa de vino en la mano y sin guion previo. Filmamos sin yo saber qué me iba a contar la gente con la que hablaba. Luego en el camino siempre surgen un montón de sorpresas y oportunidades que hay que aprovechar para hacer una historia coherente».

Entre otros descubrimientos, el realizador destaca «la entrega absoluta» del bodeguero. «El bodeguero lo hace todo –comenta–, desde la poda hasta pegar las etiquetas, es fantástico». Yesa entrega, tal como ha comprobado personalmente, solo obedece a un motivo: la pasión. «Esa pasión y esa gente extraordinaria me han ayudado a comprender que el vino es producto de muchas cosas. Aquí hay una sapiencia popular que viene de siglos y eso es un capital fundamental de esta región».

Continuamente la película va de los hombres y mujeres del Rioja al Rioja de esas mujeres y hombres. «Veo este vino como expresión de esta tierra y de la gente que lo hace –asegura López Linares–. Ycon 'tierra' no me refiero solo a las arcillas, sino también el paisaje, la cultura y sus gentes. Estamos en una zona rica, de milenios de cultura. Cada bodeguero es un mundo y el vino es el reflejo también de la personalidad de quien lo elabora. Por eso los grandes vinos son tan distintos».

Su intención ha sido hacer descubrir al espectador «de dónde salen de verdad los vinos de Rioja». «Aprecias mejor un buen vino si conoces cómo se hace e incluso si conoces algo de quien lo hace. Eso ayuda a apreciar lo que estás bebes».

«Nuestro objetivo principal –afirma– es trasladar esa imagen de generaciones de trabajo en la tierra intentando ir más allá de la descripción, exponiendo el cariño con que se hace el vino y mostrando la emoción de quienes lo elaboran».

López Linares dice llevarse de Rioja unos cuantos amigos y muchos recuerdos. Uno en especial:«Tuve el privilegio de probar un vino 1862, fue algo indescriptible, mágico», en una cata de Marqués de Riscal en la que, casualmente –recuerda entre risas– el que menos le gustó fue el de 1955, su año de nacimiento. «Estos vinos solo pueden elaborarse en un lugar como Rioja».

La película se fija en las grandes bodegas centenarias y en las pequeñas que están surgiendo y renovando el sector. De este modo, pretende «ofrecer un enfoque de Rioja distinto al que se le ha asociado tradicionalmente». «Así ponemos en valor la diversidad que esconde el vino de Rioja y la equivalencia entre territorio y producto, trazando un puente entre los orígenes y el futuro del Rioja a partir de historias humanas detrás de toda la cadena de valor».

Lejos de ser un relato academicista, apela a lo sensorial y lo emotivo. «No es una película para cinéfilos –contesta su autor–, es una película para bebedores, para gente que ama el vino y para convencer a quien todavía se lo está pensando». Y añade por último:«He hecho esta película porque me gusta el vino, porque creo que el vino es importante y porque vivimos en un país que hace muy buenos vinos a precios razonables. Cuando hago una película trato de transmitir al espectador lo que yo he aprendido en el proceso. Ylo que he aprendido en Rioja es la pasión».

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