Clint Eastwood dirigió y protagonizó en 1985 la película 'El jinete pálido', la historia de un predicador justiciero que defiende a los débiles empleando la Biblia y el revólver. La figura del actor, caracterizado con un sombrero vaquero de copa, se ha convertido en un imponente icono inmortal en la historia del cine. Tal es así que incluso dio origen a un vino de Rioja. Benjamín Romeo, de Bodegas Contador (San Vicente de la Sonsierra), afirma que le gustan los 'spaghetti western' porque «eran las películas que había cuando empecé a ir al cine» y, por tanto, uno de sus actores favoritos es Clint Eastwood.
Pero la elección del nombre Predicador y la etiqueta, con el sombrero (uno de los planos de la película), no es simple cinefilia. «Yo quería hacer un vino en el que hubiera justicia entre la calidad y el precio», afirma Benjamín Romeo, aplicando la filosofía justiciera del predicador del 'western', que defiende a unos colonos buscadores de oro del acoso del poderoso minero Lahood y del 'sheriff' Stockburn.
No es el único vino de nombre rimbombante de Bodegas Contador, también cuenta con A mi manera («Un recuerdo de cuando empecé a hacer vinos jóvenes de maceración carbónica») y Qué bonito cacareaba (derivado de Gallocanta, una finca sonserrana de viñas); «son ideas que tengo», declara Benjamín Romeo. Además, el bodeguero y enólogo riojano ha dedicado vinos a sus padres: La Viña de Andrés Romeo y Carmen Hilera.
La anécdota de Predicador, nacida porque a Romeo le parecía «simpático y serio a la vez» llamar así a uno de sus vinos, ha crecido en los últimos días. Clint Eastwood ya conocía la existencia de este prestigioso vino de Rioja gracias a su biógrafa francesa, que hace tiempo visitó las Bodegas Contador y le comunicó el chascarrillo, pero este mismo verano también ha podido catarlo. Recientemente, un amigo de Clint, con quien juega al golf en el campo Casey O'Callaghan de Los Ángeles, también visitó la bodega riojana y le llevó una botella de Predicador firmada por el propio Benjamín Romeo. Poco después llegó la prueba gráfica de la entrega.
«Sé que se la bebieron y que le ha gustado», explica el bodeguero. Lo cierto es que Clint Eastwood, a sus 84 años, no parece ser un apasionado de la enología. «Me consta que le gusta el vino, aunque no es un gran aficionado», reconoce Romeo, pero eso no evita que el homenaje «le pareció bonito, un detallazo» al actor y director estadounidense. Y no acaba aquí esta historia porque Benjamín Romeo anuncia que «el año que viene iré a Los Ángeles a dar una cata a clientes privados, entre los que estará él», Clint Eastwood. Eso le alegra el día a cualquiera.