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La poeta Olvido García Valdés.
La poeta Olvido García Valdés. / ANTONIO QUINTERO/EL NORTE DE CASTILLA

«En el mundo del vino se junta lo apolíneo y lo dionisíaco»

  • La IV Jornada Nacional de Poesía y Vino de Vivanco reúne hoy a un Cervantes, al último Premio Loewe y a la Premio Nacional de Poesía del año 2007

La Fundación Vivanco celebra hoy en Briones, a partir de las 19.30 horas, la IV Jornada Nacional de Poesía y Vino con la presencia de los escritores José Manuel Caballero Bonald (Premio Cervantes 2012), Antonio Lucas (Premio Loewe 2014) y Olvido García Valdés. Nacida en Santianes de Pravia (Asturias) en 1950, Olvido García Valdés, licenciada en Filología Románica y en Filosofía por la de Valladolid, recibió el Premio Nacional de Poesía del año 2007 por el libro 'Y todos estábamos vivos', lo que provocó la publicación de toda su obra poética reunida hasta entonces, 'Esa polilla que delante de mí revolotea'. Ha dirigido el Instituto Cervantes en Toulouse, ha traducido a Pasolini, Ajmátova y Tsvetáieva y su último libro de poesía es 'Lo solo del animal' (2012).

¿Cambia la vida de un poeta o su obra cuando recibe el Premio Nacional de Poesía?

No te cambia la vida pero sí que te afecta. El Premio Nacional de Poesía me lo concedieron por el libro 'Y todos estábamos vivos', que, afortunadamente, ya estaba funcionando bien entonces, pero eso favoreció que tuviera una segunda edición. En ese sentido, el galardón te hace más visible, otorga más luz a tu poesía, provoca que te lean más. El premio sirve para ser más conocida.

Usted es filóloga y filósofa. ¿Qué rama de su formación cree que influye más en su obra?

Las dos. O ninguna. Yo estudié Filología nada más acabar el instituto, después, años más tarde, me matriculé en Filosofía.

'Lo solo del animal', su último libro, reflexiona sobre la soledad. ¿Cree que la soledad es necesaria para poder escribir?

En realidad, creo que todos mis libros hablan de la soledad, de una manera u otra, pero es cierto que en 'Lo solo del animal' reflexiono especialmente sobre ella. Si no necesaria, la soledad, al menos, sí está relacionada con la escritura. Muchas obras se han escrito desde la soledad y la poesía no es ajeno a eso.

Pese al cuidado lenguaje de su obra poética, acostumbra a prescindir de algunos signos de puntuación y de mayúsculas en sus poemas. ¿Por qué lo hace?

Evidentemente, es algo premeditado. Y tampoco es nuevo, ni mucho menos. Mallermé, nada menos que en el año 1897, escribió el poema 'Golpe de dados', con palabras sobre otras, moviéndose por el espacio de la página, y ya entonces era vanguardia. En mi caso, creo que es algo conceptual, una manera de hilar el poema con el resto de forma que pueda ser concebido como una parte de un todo. Pienso que 'Lo solo del animal' se puede concebir como un único poema, por eso la ausencia de mayúsculas iniciales y puntos finales, para dar continuidad a cada poema. De esta forma da la sensación que de el poema viene de atrás y que continúa más adelante.

También se aprecia en los poemas de ese libro una clara derivación hacia la prosa, hacia la poesía en prosa. ¿No es así?

Sí, y tampoco es nuevo. Es cierto que existe esa derivación pero ya no está tan claro cuál es la línea que separa la poesía de la prosa. Hay textos de Rulfo, por ejemplo, que a mí me parecen verdaderos poemas. Ahora los profesores lo tienen muy complicado para explicar los géneros literarios porque sus diferencias ya son muy sutiles. Es difícil diferenciarlos, por eso la poesía puede tener cabida en la prosa.

Pregunta obligada con respecto al acto que protagonizará hoy: ¿el vino le inspira?

No he escrito nunca sobre el vino. Quizá sí aparezca el vino de forma anecdótica en algunos de mis poemas porque lo cierto es que es un placer beberlo y conocer su historia y su cultura. Cuando Vivanco me invitó a esta Jornada de Poesía y Vino yo misma me hice esta pregunta: ¿qué tengo que ver yo con el mundo del vino? Y mi respuesta, lo que intentaré explicar esta tarde, es que cultura, cultivar, el culto... vienen de la misma palabra, tienen la misma raíz y, por tanto, su significado está muy relacionado. Lo que a mí más me atrae de la cultura del vino es la pasión con la que se vive, es un mundo lleno de placeres y felicidad, y también tiene sombras. En el mundo del vino se junta lo apolíneo y lo dionisíaco, que es algo que ya fusionó Nietzsche en su obra 'El nacimiento de la tragedia'.