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¿Qué se ha hecho mal en esta complicada vendimia?

¿Qué se ha hecho mal en esta complicada vendimia?
  • Antonio Remesal lamenta la «difusa» información institucional sobre las medidas a tomar en las fechas previas a la vendimia

Examen de conciencia, dolor de los pecados, propósito de la enmienda, decir los pecados al confesor y cumplir la penitencia. Esta es la frase que nos obligaban a repetir una y otra vez en aquellas monótonas sesiones de catequesis. Sólo después de un tiempo he encontrado un sentido a aquello: puede que a su manera hablaran del ciclo PDCA, de la mejora continua, que simplificando no es otra cosa que planificar y evaluar una vez se ha ejecutado para no tropezar dos veces en la misma piedra. Sé que a toro pasado todos somos Manolete, y dicho sea de paso, cuando he visto algunas actuaciones de esta vendimia, me he acordado de «Manolete, Manolete, si no sabes torear 'pa' qué te metes» . Por todo ello, voy a hacer un examen de conciencia de la campaña vitícola, de modo que los «pecados mortales», que a mi juicio se han cometido, puedan evitarse en el futuro o, si no es posible, aminorar las consecuencias.

El verano empezó con mucho calor en junio, chubascos tormentosos y algún pedrisco, si bien el cuajado en general fue aceptable: la «muestra» pronosticaba una holgada cosecha. Julio y agosto transcurrieron con tormentas aisladas y temperaturas por debajo de las habituales. La elevada humedad ambiente de los primeros días de julio aumentó las posibilidades de desarrollo de enfermedades criptogámicas, especialmente mildiu. En cuanto al oídio, esta enfermedad endémica en Rioja, no ha sido la principal preocupación: el viticultor sabe a lo que se expone si no hace las cosas bien y este año los riesgos eran muy altos. Así, gracias a la profesionalidad de los viticultores, a un gasto en productos por encima del 25% de lo habitual y a las intervenciones en verde -desniete, deshojado, despuntes- estos hongos no llegaron a causar grandes daños.

Además de la incidencia del mildiu en una ulterior hipotética botrytis, hay que destacar este año la fuerte ataque de polilla (2ª y hasta 3ª generación), insecto que, si la humedad es alta, propicia la podredumbre. El peligro de esta plaga viene por que las hembras hacen la puesta sobre las uvas en las zonas más protegidas del racimo, donde los tratamientos apenas penetran.

Y llegó septiembre

A pesar de todo llegábamos al mes de septiembre con un buen aspecto de la viña, fenología dentro de la media de otros años y rendimientos altos. Quedaba solo esperar que las dos o tres semanas para el inicio de la vendimia fueran en la línea de lo habitual. El optimismo era la nota dominante, la cosecha generosa, los viticultores iban a recibir precios al fin dignos, con más rendimiento amparado y además las bodegas necesitaban uva al estar con las existencias mermadas tras la corta cosecha 2013.

Pero, «el gozo en un pozo», lo que se creía era una lluvia de paso llego para quedarse. Confluían entonces las condiciones atmosféricas y el estado de la viña, con mucha carga, racimos compactos y mucha vegetación en el área del racimo, perfectas para el desarrollo de la botrytis. Estaban en juego casi 500 millones de kilos de uva que suponían 400 millones de euros para miles de familias de viticultores.

Mientras tanto el Consejo Regulador, Casa del Vino, Enológica,. viendo cómo la acidez caía bruscamente, el hollejo se reblandecía por momentos y el grado era moderado todavía, daban mensajes difusos, más dirigidos a posibles clientes de vino que a los viticultores. Se optaba por esperar, confiando que «entrará el norte» y resecara el racimo. Sin embargo, otros abogábamos por la actividad: reducir carga, despejar el racimo... e iniciar la vendimia ante el riesgo de que nos «pillara el toro». Y al final no hubo milagros. Ya entrados en la segunda semana de octubre había que rendirse a la evidencia. Con agua, con barro, no había manos suficientes en Rioja, urgía vendimiar rápidamente. A toda prisa la uva aún «colgada» el 8 de octubre entraba en bodega en poco más de una semana. ¿Qué hubiera pasado si las condiciones de viento sur y lluvia se hubieran mantenido tres días más? El desastre hubiera sido de proporciones descomunales. Hoy 12 de noviembre, pasado San Martín, la uva es vino, vista la evolución de las fermentaciones, catado y analizado, lo que tenemos son dos cosechas, con las múltiples variantes intermedias:

1ª Los que llevaron un manejo adecuado de la vegetación mediante deshojados, aclareo de racimos, efectivo control sanitario y selección de la uva, aspirarán a grandes vinos, incluso con recolecciones tardías.

2ª Los que fallaron en alguno de estos aspectos, su calidad dependerá del grado de «pecado», de la fecha de vendimia y, en todo caso, del buen hacer del enólogo. Aquí van algunas propuestas de futuro:

a.- Es prioritario establecer mayor coordinación entre los diversos organismos que están trabajando en el control de la maduración en Rioja.

b.- Debe haber una información dirigida a los medios y público en general y otra más técnica y precisa, «sin edulcorantes», para los viticultores.

c.- La protección ecológica para la polilla, con técnicas de confusión sexual en parcelas grandes da mejor resultado que los métodos químicos. Deberíamos plantearnos su generalización en Rioja.

d.- Es necesario establecer modelos de predicción para la botrytis ahora que las previsiones meteorológicas a medio plazo son bastante precisas. Aparte del dato del tiempo, el resto son parámetros conocidos: sensibilización por heridas de plagas, enfermedades o granizo, compacidad del racimo, rendimientos, tamaño del grano, vegetación, tersura del hollejo, etc. Toda esta información tratada informáticamente ayuda a determinar la fecha de vendimia

e.- Altos rendimientos y calidad sólo excepcionalmente van juntos. Si existe riesgo de botrytis en septiembre hay que quitar uva en las viñas muy cargadas. Después de este examen de conciencia, les dejo a ustedes lo que queda de la «confesión». Algunas claves espero haber dado para no «pecar» y en su caso «enmendar» en las próximas campañas.