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Cementerios muy vivos

'Cementerios' de Tondonia, a la izquierda; arriba, La Rioja Alta; Riscal en el centro y CVNE y AGE, a la derecha. C. SOMALO Y BODEGAS
'Cementerios' de Tondonia, a la izquierda; arriba, La Rioja Alta; Riscal en el centro y CVNE y AGE, a la derecha. C. SOMALO Y BODEGAS / REPORTAJE FOTOGRÁFICO :
  • Algunas de las bodegas centenarias conservan las mejores colecciones de vinos de viejas añadas

Los 'cementerios' del Rioja y de La Rioja se encuentran muy vivos. Los avatares de las últimas décadas, obras de ampliaciones y reformas y criterios variables en el tiempo sobre el valor de los mismos hicieron temer por su desaparición. Pero los nuevos tiempos han venido a reforzar el valor de la memoria de los vinos y de las añadas, como lo tuvieron en su día las bodegas centenarias e históricas.

Por fortuna, los tiempos están cambiando. Años atrás vinieron algunos franceses de distintas zonas vitivinícolas a La Rioja para conocer los vinos y las cosechas que desaparecieron de sus bodegas durante la segunda Guerra Mundial. No las conocieron ni quedaron registros en los 'cementerios' de bodegas de distintas zonas vitivinícolas. No ha sido ni cuento ni leyenda. Lo han reconocido personajes con vinculaciones muy estrechas entre Burdeos y Rioja, por poner algún ejemplo.

Los cementerios han sido lugares sagrados en la historia de la Humanidad y de todas las religiones. Son, han sido siempre, lugares de culto, de silencio, de quietud, de respeto, de tradición, de memoria y de cultura. Y cuando lo que nos precede fue así, el 'cementerio' del vino tenía que responder a idénticos o parecidos argumentos.

Quizás muchos no sepan ni cuándo ni cómo comenzaron a denominar así a los sacrosantos espacios del vino en los que se guardaban siempre una muestra de las mejores añadas de la bodega para la posteridad. O, sencillamente, una pequeña partida de cada una de ellas para poder reconocerse a sí mismos y conocer la evolución de cada casa.

'El cementerio' del vino tiene sabores populares, de personas que han trabajado en el vino y han identificado con rapidez las imágenes de lo más sencillo y natural de la vida y, en consecuencia, de la muerte, que también es vida. «Los propios operarios de la bodega, cuenta María José López de Heredia, bautizaron así el lugar por la propia disposición de sus nichos». Así de fácil y sencillo. Historias del vino.

Con el paso del tiempo, el 'cementerio' acabó enriqueciendo el vocabulario del vino. El lugar y otros parecidos o similares de cada bodega ha terminado reconociéndose por profesionales y aficionados, por enófilos, enópatas y otros gastronautas. Allí se guardaban tantas botellas, de marcas y cosechas.

Lugares de culto

Los cementerios han sufrido lo suyo. Como en el vino, en el tiempo de pasar de los altares al pueblo o recorrer el camino inverso, que ha sido lo más habitual casi siempre. Hace apenas cuatro décadas eran mucho menos apreciados. Luego, los clásicos fueron vilipendiados por modas y vaivenes. Hoy, sin embargo, se cuidan con mimo como lugares de culto que se abren en contadísimas ocasiones para no molestar ni alterar las condiciones medioambientales.

Las mejores referencias de los cementerios del vino están en algunas bodegas centenarias de Rioja. Y no en todas. Por botellas, añadas, marcas y todo lo demás que pueda valorarse desde una perspectiva enológica, histórica y hasta afectiva.

En la vinacoteca de López Heredia siguen descansando botellas del año 1883 y de marcas desaparecidas como Viña Zaconia, Viña Medokkia o Vendimia Especial, tanto en tintos como en blancos. Hoy tienen el acceso restringido.

CVNE, otra bodega del barrio de La Estación, guarda vinos de cada una de las añadas desde hace 135 años. Pero hay un 'cementerio' especial con añadas significativas cargadas de simbolismo como la de 1888 o 1936. Cien vinos con toda la documentación precisa de cada uno.

Bodegas Bilbaínas ha sido un caso singular. El 'cementerio' se encuentra en una zona protegida. Nunca ha sido expuesto. Desde 1901 las botellas se guardaron etiquetadas y dentro de las cajas. En una vitrina guardan curiosidades como Champán Lumen, Coñac Faro, el mosto Zuva o vino de consagrar. La firma tiene el registro de embotellado número 10 en España.

Bodegas La Rioja Alta tiene un botellero histórico desde su fundación en 1890. Allí guardan los vinos más emblemáticos y otros que ya no elaboran como Rosado Vicuana, Viña Arana Blanco, Viña Ardanza Blanco y otras botellas desde 1904 muy especiales o elaborados para ocasiones únicas y en botellas singulares. La bodega dejó de elaborar blancos y no tiene previsto recuperarlos.