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Una apuesta en crecimiento

Luis Zabala, enólogo de la bodega Marqués de Vitoria.
Luis Zabala, enólogo de la bodega Marqués de Vitoria. / JUSTO RODRÍGUEZ
  • El Grupo Faustino ha ido ampliando su superficie de agricultura ecológica

Todo empezó hace alrededor de dos décadas. Fue entonces cuando el Grupo Faustino optó por comenzar a adentrarse dentro del mundo de la agricultura ecológica. Fue entonces cuando sus responsables decidieron plantar los primeros viñedos englobados de ese tipo de viticultura. Desde aquel momento y hasta la actualidad, la apuesta del grupo por este tipo de producción no sólo no ha cesado sino que ha ido en aumento. Es una apuesta de futuro. «Aunque nuestra superficie de viñedo destinada a la agricultura ecológica sea reducida, eso no quiere decir que resulte menos importante que la agricultura tradicional», señalan desde el grupo.

De hecho, y según apuntan desde la bodega, Faustino fue pionera en Rioja en este ámbito. Fue una de las primeras que se abrió a este tipo de agricultura sostenible. Unos primeros pasos que, con el paso del tiempo, se han ido consolidando. «Con los años, se ha ido ampliando la superficie de cultivo destinada a agricultura ecológica», recalcan desde Grupo Faustino.

Ese crecimiento en la superficie ha ido acompañado, como no puede ser de otra manera, por un aumento en los conocimientos sobre el tratamiento de la vid. Una experiencia que, sin ninguna duda, se ha aplicado en las vides que se encuentran en hectáreas de agricultura ecológica, pero también para las que corresponden a la agricultura tradicional. Lo aprendido en ecológico también se puede aplicar en el resto de las viñas.

En Marqués de Vitoria

De cualquier manera, actualmente la producción de vino ecológico dentro del Grupo Faustino se centraliza en las Bodegas Marqués de Vitoria. Es allí donde se elabora ECCO, un tinto joven monovarietal de tempranillo. «En este vino se quieren plasmar las virtudes de la variedad más reconocida de nuestra Denominación», cuentan los responsables de la bodega. «Se consigue a través de un ritmo alegre, aromático, expresivo y elaborado con el mayor esmero y respeto a la naturaleza», añaden.

De esta manera se ha conseguido un caldo fermentado en depósito de acero inoxidable a temperatura controlada de 24 grados centígrados. Las viñas de las que salen las uvas con las que se elabora este producto están situadas en Sansol, La Horca, Choza Alta, Joarrandez y Cañadilla para un total de 16 hectáreas.

Según se establece en la ficha de cata del vino, en la fase visual resulta limpio, brillante y con un tono morado con irisaciones violetas. En la parte olfativa, mientras tanto, es muy intenso, goloso y con agradables recuerdos rojos y negros y toques florales al fondo. En la fase gustativa, se define a través de un «ataque elegante, paso ligero y fresco, marcado por una buena acidez y un buen equilibrio en todo el paso por la boca». Resulta, al mismo tiempo, muy frutal en la fase retronasal y en la postgustativa, por último, cuenta con un recorrido entre medio y largo con recuerdos a fruta fresca.

Por todas esas características, este vino, según se expone, resulta muy agradable para acompañar a toda clase de embutidos así como a legumbres como alubias, judías o lentejas. También resulta bueno con arroces, paellas y todo tipo de pastas, entre otros muchos platos.

Se trata, por lo tanto, de un producto con el que los responsables de la bodega se encuentran muy contentos, por lo que para el futuro la idea es seguir trabajando en una línea similar. «La intención de la bodega, al igual que ocurre con la viticultura, es ampliar a corto y medio plazo la producción del vino ecológico», se expone desde el grupo. De igual manera, se seguirán aplicando todos los conocimientos obtenidos a través de la producción ecológica a la elaboración del resto de los vinos que Bodegas Faustino comercializa con viticultura tradicional. La apuesta no sólo se mantiene sino que se verá ampliada en el futuro.