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Viticultura ecológica a la carta

Viticultura ecológica a la carta
  • El vino es un alimento para Francisco Ruiz y por eso no usa productos químicos

De unas viejas cajas para vino va surgiendo lo que pronto será la versión mejorada de un nuevo nido para murciélagos. Su creador aún no sabe dónde la colocará, pero la quiere tener lista cuanto antes, porque es una buena medida de defensa contra ciertos bichos que pueden afectar a la calidad de sus uvas. También da forma con unas cañas y unas maderas a lo que será la tercera versión de un nido para insectos.

«Aprovecho ahora que tenemos menos trabajo en la bodega para preparar todas estas cuestiones», explica Francisco Ruiz, uno de esos bodegueros atípicos de Rioja por su compromiso con la viticultura ecológica, ésa que parece ir a contracorriente de lo que la mayoría de agricultores hacen en las viñas riojanas.

Porque Francisco Ruiz no utiliza químicos para defender sus viñas de los insectos o enfermedades que pueden poner en riesgo la vendimia. Es un compromiso vital que le ha costado tener que hacer frente a muchas críticas pero que con el paso del tiempo –este proyecto arrancó en 1998– ha podido demostrar que la viticultura ecológica es posible –el 98% de su producción es para la exportación– si está defendida por la honradez, el conocimiento y el esfuerzo diario del viticultor que desea poner en el mercado vino ecológico.

El concepto que sustenta la iniciativa empresarial de Francisco Ruiz parece estar fundamentada en una cuestión irrefutable. «Para mí el vino es un producto de alimentación. Y por tanto me parece lógico tratarlo como tal. Por eso no introducimos productos químicos en el proceso», explica este viticultor de Aldeanueva que ha tenido que recorrer un largo camino para situarse como uno de los principales productores de vino ecológico de la Denominación de Origen Calificada Rioja.

«Cada viñedo requiere de una viticultura diferente»

En su comprensión del vino, la viticultura es esencial para la consecución de vinos ecológicos de la más alta calidad. Pero la viticultura comprendida como un proceso natural sostenible donde las viñas conviven –«como siempre han hecho»– con los almendros, las encinas, los olivos, las higueras, los pinos, los ribazos, los caminos, las lindes, los lagartos, los conejos, las aves rapaces, los murciélagos, los pájaros... Y para conseguir este grado de complementariedad, Francisco Ruiz defiende un concepto clave para el desarrollo sostenible, la compensación ecológica. Tantas hectáreas de viñedo, tantas hectáreas de pinos, almendros, olivos, higueras, cerezos...

Y sólo a través del trabajo constante reduce en la medida de lo posible el elevado riesgo de fracaso que toda agricultura ecológica tiene sobre la empresa. Trabajo y conocimiento.

Francisco ha nacido en la viña. En ella ha crecido, y de ella vive. Por eso, la viticultura que desarrolla carece de verdades absolutas. Sólo la observación diaria de sus fincas permite establecer las medidas de conservación ecológicas necesarias. Es una viticultura ecológica a la carta.

Valcaliente es diferente al Portillo de la Rolla, y nada tiene que ver con la Finca de Las Turras, que se diferencia en todo con la Finca El Olivar. Cada uno de estos viñedos está aislado en un microentorno ecológico bajo unas condiciones ambientales muy diferentes. Por eso, «cada viñedo requiere de una viticultura diferente». Ahí reside la clave del éxito de este pionero en Rioja.