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Rioja tendrá vinos 'superiores'

Rioja tendrá vinos 'superiores'
  • El sector coincide en abrir por primera vez en 90 años nuevas categorías con rendimientos inferiores y más exigencias de cultivo y elaboración

  • Así apuntan los nuevos 'Riojas de Paraje': 25% menos de rendimiento de campo, suelos clasificados, control de herbicidas, vendimia manual y viñas de al menos 20 años

Habrá vinos de Rioja de distinta 'velocidad'. El sector esperaba con expectación la propuesta del Grupo Rioja -la organización bodeguera más importante sin cuyo apoyo no es posible sacar ningún cambio adelante- y fue entregada el pasado jueves en la Comisión de Plan Estratégico del Consejo Regulador, con lo que, prácticamente por unanimidad, hay acuerdo para desarrollar nuevas figuras de calidad, lo que en la práctica supone la diferenciación de vinos.

En un documento abierto a la negociación e integración de otros planteamientos, las grandes y medianas bodegas apuestan por distinguir legalmente, por primera vez en los 90 años de historia de la denominación, entre un Rioja 'genérico', con los mismos parámetros de cultivo y elaboración actuales, y, al menos, un Rioja de Paraje (o Finca) al que se le exigirá un menor rendimiento de producción y transformación, una acreditación de aptitud de suelos y también mayores parámetros cualitativos y en el tratamiento de los viñedos, entre otras cuestiones.

Y, ojo, porque puede haber más cambios en Rioja en el futuro: «Hay que ir paso a paso y lo que parece es que todo el sector está de acuerdo en desarrollar vinos asociados a su viñedo de procedencia, pero ello no impide que se trabaje también con las menciones tradicionales como 'reserva' o 'gran reserva' que históricamente han designado calidades más allá de los tiempos de estancia en barrica y bodega», advierte José Luis Benítez, gerente del Grupo Rioja.

En cualquier caso, con los documentos que se han puesto ya sobre la mesa, se aventuran cambios significativos sobre el modelo actual de Rioja. Respecto al planteamiento de la organización bodeguera mayoritaria, en primer lugar, se pone sobre la mesa la identificación de los vinos como 'Paraje' o de 'Finca'. Este último término, que utiliza Priorat, no parece fácil, ya que existen varias referencias comerciales en Rioja que lo utilizan y la adscripción al futuro régimen de producción y elaboración de estos vinos sería voluntaria. En este sentido, se apuesta por 'Paraje' u otra nomenclatura que no pueda inducir a confusión. Los puntos clave del documento del Grupo Rioja son los siguientes:

Rioja tendrá vinos 'superiores'

1. Inscripción del viñedo:

Habrá un registro específico de viñas de 'Paraje' y todo viñedo inscrito deberá cumplir con sus prescripciones aunque su producción no se destine un año a dicha categoría. Si un operador decide dar de baja una parcela, para volver a ser incluida, deberán pasar al menos cinco años cumpliendo los requisitos exigidos.

2. Titularidad del viñedo:

Los solicitantes de la categoría deben ser personas físicas o jurídicas que, por sí mismas o por sus socios, sean propietarios de los viñedos del paraje y que elaboren y embotellen el vino. Ahora bien, para dejar cabida a los viticultores que no elaboran, el concepto de propiedad se ampliará a arrendamientos de viñedos a largo plazo (10 años) y también a contratos con proveedores a largo plazo (mínimo 10 años). Es decir, si a una bodega le interesa un vino de paraje propiedad de un viticultor deberá contratar las uvas por un mínimo de 10 años para poder usar el nombre.

3. Requisitos en viñedo:

Los operadores interesados tendrán restricciones para poder elaborar vinos de paraje. Se limita el 'club' por la edad del viñedo a un mínimo de 20 años. Se estudiarán también técnicamente los suelos susceptibles de ser acogidos, con la exclusión expresa de los de huerta. Asimismo, se exigirá un rendimiento máximo de 5.000 kilos por hectárea tinta y 7.000 kilos por blanca (es decir, un 25% menos sobre el 100% actual). La vendimia deberá ser manual, en cajas o palots de hasta 200 kilos, con lo que se excluyen las cosechadoras mecánicas. También, sobre las prácticas, se estudiará prohibir o limitar herbicidas.

4. Requisitos del vino:

La uva deberá proceder al 100% de los viñedos del paraje en cuestión. El rendimiento máximo de transformación uva/vino se reducirá al 65% (70/74% actual). Se elaborará de forma separada y con control específico del vino durante todo el proceso. Se aumentan los parámetros analíticos a un mínimo de 12º para tintos y 11º para blancos. Asimismo, se propone fijar una puntuación mínima en los paneles de cata para poder embotellar con esta categoría (si no los cumple será 'Rioja genérico').

En cuanto al embotellado, se exigirá que la bodega esté en el municipio de la finca o paraje, aunque, excepcionalmente, si la embotelladora es propietaria por sí misma o de sus socios de la finca se podrá autorizar que esté ubicado en otro municipio. La excepción es importante, puesto que se limitan los embotellados 'por/para' grandes superficies por ejemplo, pero no se impide a una bodega con viñedos en distintas zonas poder elaborar vino de paraje e incluso a pequeños viticultores que trabajan de 'alquiler' al no poseer una instalación propia.

5. Designación del vino:

La utilización de 'Vino de Paraje' será voluntaria y se establece que el tamaño y la ubicación en el etiquetado será igual que la subzona. Es decir, por debajo de Rioja y en un cuerpo de letra que no podrá ser superior a 2/3 el de la marca principal, que seguirá siendo la dominante.

6. Qué pasa con los vinos de pueblo:

Si bien la propuesta del Grupo Rioja no contempla el desarrollo de los llamados vinos de pueblo, la organización no se muestra reacia a sus estudio e incluso indicación en las etiquetas. En este sentido, el planteamiento es abierto y, de la misma forma que se controla el vino de subzona, habría que ver si es posible hacer algún control similar con los municipios. En todo caso, los vinos de paraje ya tendrían garantizada su trazabilidad, por lo que el Grupo Rioja no ve con malos ojos que, voluntariamente, sus elaboradores puedan indicar el pueblo o municipio de procedencia en la propia etiqueta, algo que de hecho algunas bodegas ya hacen en las leyendas de las traseras, si bien una aplicación estricta de la legislación lo impediría. El tema, como el resto, está abierto, ya que hay varias propuestas de asociaciones que sí apuestan por estos vinos locales y por potenciar las subzonas.

7. Cambio legislativo:

Las decisiones que finalmente se tomen precisarían un cambio del pliego de condiciones, pero, tanto el vino de paraje como las entidades geográficas menores (pueblo y subzona) encajan en las legislaciones comunitaria y nacional.