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Un brindis por diez años más

  • El Riojano, Joven y Fresco cierra el año con una nueva cata multitudinaria

No hubo sorpresas, y es que ya parece habitual que el Riojano, Joven y Fresco agote todas sus existencias y concentre a cerca de 4.000 personas en la zona de Siete Infantes. Como una agradable rutina de la que uno nunca se agota. El verano logroñés huele a vino, huele a Riojano, Joven y Fresco. El evento, organizado por Diario LA RIOJA, es uno de los más esperados del verano por miles de logroñeses que este viernes celebró la última cita de un año especial, de la edición que ha alcanzado la década.

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  • Riojano, Joven y Fresco cumple 10 años (IV)

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Incluso el tiempo fue el ideal. Ni el calor sofocante ni las lluvias y el viento de estos últimos días. La meteorología también quiso brindar con los asistentes, que desde antes de la hora de apertura ya se dejaban ver por la zona. Casi 1.500 entradas se habían vendido ya de forma anticipada, ofreciendo una muestra más de lo esperada que era esta última cita del año. El goteo fue constante en las taquillas dispuestas a la entrada de las calles Juan II y Alfonso VI.

Fieles de la cita y nuevos curiosos, locales y foráneos, jóvenes de cuerpo y jóvenes de espíritu. Todos se han sumado a la gran fiesta del Rioja.

El ambiente en ambas calles era espectacular, sí, también una vez más. No falla. El Riojano, Joven y Fresco no sorprende en unos aspectos, pero en otros nunca deja de innovar. Los dos photocall con forma de perfil de Facebook y de Twitter, una de las novedades de este año, no dejan de atraer a gente deseosa por inmortalizar ese momento, por guardar un nuevo recuerdo de otro Riojano, Joven y Fresco.

Pero no habría cata sin las 23 bodegas presente y sus vinos. Su oferta es inmejorable y variada, con caldos para todos los gustos y que dan la oportunidad de abrirse a un público que en ocasiones no es consumidor habitual. El Rioja haciendo patria.

Los tintos no pueden fallar, degustándose con pausa y conocimiento; los blancos siempre triunfan con su frescura y naturalidad; y los rosados reivindican su espacio sorprendiendo a cualquiera que los prueba.

«En verano apetece el blanco, es más fresco y afrutado», comentaba Marta, una joven asistente. Y Carlos, otro logroñés 'adicto' a esta cita con el vino de Rioja -«venimos todos los años», comentaba- corroboraba su predilección por acudir al encuentro con Riojano Joven y Fresco «porque hay muy buen ambiente y además así aprendemos de vino».

Unos apuestan por lo conocido, otros buscan con empeño ese gran descubrimiento, y mientras algunos tomaban un aperitivo en uno de los cinco puestos de comida artesana instalados en las calles.

Y mientras, todos disfrutan de una tarde de verano que nunca decepciona. El Riojano, Joven y Fresco bajó este viernes el telón por este año con la mirada puesta ya en el futuro y quien sabe, otra década más de juventud, vino y Rioja.