A (casi) todo el mundo le ha pasado. Coges una botella, de vino, la abres, la degustas y cuando lees la etiqueta para saber algo sobre el caldo no entiendes nada. En tu cerebro suena algo como lo que Homer Simpson escuchaba cuando le hablaban de física: "blau, blau, blauuu".
Y es que, en algunas ocasiones, los conceptos que se usan para definir un vino en la etiqueta no son, ni mucho menos, para 'dummies'.
Algunos bodegueros son conscientes de ello, así que qué mejor manera de reírse uno mismo que jugar con el humor del consumidor y con su (más que probable) ignorancia en conceptos como tanicidad, retrogusto, olor a clavo... Aquí un buen ejemplo. Sinceramente no hemos encontrado la referencia de este vino (Monastrellissimo, de Jumilla) así que ni siquiera sabemos si la etiqueta es de verdad o es uno de esos 'fakes' que corren de whastap en whastapp.
Pero no nos lo nieguen: si no es verdad... merece serlo.
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