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Y después de la helada... ¿qué?

Y después de la helada... ¿qué?

  • El adelanto madurativo y la sequía son notables diferencias respecto al episodio de 1999

Ha pasado ya casi una semana desde la helada que asoló a Rioja Alta y Alavesa el día 28 de abril, San Prudencio, patrón de Álava. Un santo nacido en Armentia, al lado de Vitoria, que pasó varios años en Calahorra y acabó enterrado, por capricho equino, muy cerca de Logroño, en el monte Laturce en Clavijo. A San Prudencio se le ha dicho siempre el santo ‘meón’ y es que no hay año que no llueva en estas fechas. Pero esta vez San Prudencio en vez de agua nos ha traído hielo y hay que esperar que esto no ocurra a menudo y que no tengamos que cambiar el apodo afectuoso al santo. Desde el mismo día de la helada muchas han sido las conjeturas sobre si en los viñedos en los que la helada ha causado mayor destrucción se va a coger o no uva y, en caso que así sea, cuál será su calidad. A mi parecer, la cosa pinta mal.

Se ha comparado esta helada con la del año 1999, cuando el temor a falta de vino en las bodegas, llevó a precios de la uva a cotas desconocidos: las 500 pesetas (3€) el kilo de uva. Los más optimistas dicen que si la planta se recuperó entonces, lo hará ahora. La producción en 1999 no se redujo más del 25% finalmente (bueno eso decían los datos, pero muchos de los que me leéis ya sabéis de que estoy hablando). No se puede dudar de la fortaleza de la viña para superar hielos, pedriscos, o situaciones comprometidas, pero en este caso muy difícil lo tiene.

Hay importantes diferencias de esta helada con la de 1999, o la más reciente de 2013, que me llevan al desánimo. La de 1999 ocurrió el 16 de abril y la de 2013 el 21 del mismo mes. Son, respectivamente, 12 y 7 días antes que la de San Prudencio de 2017. Aparte de una semana o semana y media de diferencia, lo que ya es mucho, el desarrollo del ciclo de la viña en 2017, después de un final de invierno y un principio de la primavera atípicamente cálido, era más propio de San Isidro que de San Prudencio. Así, en términos absolutos la diferencia fenológica de esta helada con la de 1999 es de un mes, siendo los daños mayores cuanto más adelantado está el cultivo.

Otra cuestión, que no podemos dejar de lado, son las reservas con las que cuenta la planta. Una helada de esta magnitud destroza buena parte, o el total, de las partes verdes de la planta. La cepa que tenía ya la ‘factoría’ de producción de materia vegetal en marcha se paraliza. Para reanudar el proceso tiene que recurrir a las reservas del tronco, raíces y del suelo y formar con ellas nuevos brotes verdes que le permitan reactivar la fotosíntesis. El problema es que, en cuanto a reservas, la viña este 2017 tenía la ‘hucha’ más vacía que nunca. La sequía que venimos arrastrando, con apenas agua en el suelo y una cosecha, la de 2016, con rendimientos muy por encima de los normales, ha ocasionado que la viña haya llegado a abril especialmente debilitada. De momento las reservas de agua son escasas. Por terminar con algo positivo, faltan muchos días hasta octubre y en Rioja tenemos verdaderos profesionales, viticultores que mimarán la planta hasta el desmayo para tratar de sacar lo mejor.

¿Qué hacer ahora con la viña?

Los técnicos vitícolas hemos asesorado ya en este sentido. De momento hay que esperar hasta ver cómo reacciona la viña, no eliminar, por ahora, hasta que veamos cómo va brotando la viña, ninguna espergura ni brotes dañados que pudieran ser necesarios más tarde para formar la estructura vegetativa. Las labores culturales y la selección de los brotes se hará después. La heterogeneidad de los daños y por ende el comportamiento que a partir de ahora tenga cada viñedo y cepa será muy dispar. Nos queda esperar sin desesperar: el trabajo más duro del agricultor. Mientras, hay que tener confianza en que el tiempo nos acompañe, reflexionar y estar unidos en la toma de decisiones para afrontar esta situación de nerviosismo y angustia.

El que espere compensar la bajada de rendimientos con lo que se le va a pagar de más debe pensar que los incrementos acusados de precios de la uva y el vino perjudican a la larga. Tal como se ha localizado la helada, afectando en menor medida a las áreas con viticultura más extensiva, este accidente no hará más que ahondar la brecha entre los dos absolutamente diferentes modelos vitícolas de Rioja. Por otra parte, habida cuenta de que el mayor volumen de vino origen Rioja que se vende es vino criado, una cosecha escasa un año no necesariamente debería abocar en desequilibrios duraderos. Se cuenta con stocks en las bodegas para abastecer el mercado. Otro motivo por lo que no deberían subir los precios de modo general es que las cepas dañadas con brotaciones forzadas difícilmente consiguen completar el ciclo satisfactoriamente por lo que no tendría sentido que esta cosecha se pagara sin tener de verdad en cuenta la calidad de la uva.

Hace apenas medio año estábamos enterrando uvas tan buenas como las que entraron en bodega para elaborar un vino que ya hemos calificado de «muy bueno» y ahora estamos preguntándonos si la cosecha 2017 alcanzará para cubrir la demanda. En estas mismas páginas propuse distintas categorías de vinos en Rioja en función de los rendimientos en viñedo para que toda uva que sea de calidad se utilice para hacer vino que en un momento dado permita regular las existencias o dirigirse a mercados de precios y exigencias cualitativas distintas.

¿Qué tiene que pasar para empezar a tomar medidas en este sentido? El objetivo del Consejo Regulador de empezar con el control de rendimientos por parcelas me temo va a tener que posponerse al menos por un año mientras no se tomen otras medidas que concilien las diferentes sensibilidades. Hay muchos deberes pendientes en Rioja. Son ya muchas campañas en las que en las áreas con mayor mecanización, menores costos, menores riesgos climatológicos y mayor rendimiento, es donde se gana dinero con la viña. Lo cual no sería cuestionable, si donde se apuesta por la calidad se ganara también. Pero esto no será un hecho mientras no se diferencien desde la viña a la etiqueta los diversos modelos y vinos de Rioja.

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