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Rubén Provedo. DAMIÁN ARIENZA
Rubén Provedo: «Si un vino no evoluciona puede caer en el olvido»

Rubén Provedo: «Si un vino no evoluciona puede caer en el olvido»

Franco Españolas ha confiado en el enólogo que firmó el primer 100 Parker español para rejuvenecer un Bordón que se define como «descaradamente clásico»

guillermo elejabeitia

Viernes, 7 de diciembre 2018, 17:17

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Firmó el primer 100 Parker en España hace ya dos décadas en Toro, después dirigió una gran bodega en Ribera y más tarde levantó Tobelos, en Rioja, prácticamente de la nada. Rubén Provedo ha demostrado ser un todo terreno de la enología, quizá por eso Franco Españolas apuesta por él para rejuvenecer Bordón, su marca más emblemática.

–¿Era necesaria una puesta al día?

–Bordón representa a la bodega y si Franco Españolas quiere renovar su carácter sus vinos tienen que cambiar, pero el objetivo es seguir exactamente igual durante cuarenta años más. Bordón ha tenido muchas etapas a lo largo de 127 años y este va a ser el cambio más grande que se ha hecho en su historia.

– La etiqueta nació en 1891 como 'estilo Borgoña' y en los años 60 se reconvirtió en 'Rioja Bordón'. Ahora se desprende del Rioja, para quedarse en simplemente Bordón ¿por qué?

– No se elimina del todo, se queda en la espalda de la etiqueta. Bordón representa lo que es la Rioja en si, ese 'blending' entre Rioja Alta, Alavesa y Oriental es lo que da personalidad a nuestro vino, pero queremos dar protagonismo a nuestra marca.

– ¿En qué ha cambiado?

– Nuestros gustos gastronómicos han cambiado y eso incluye al vino. A nuestros padres les gustaban las comidas más copiosas con vinos muy potentes y ahora nos volvemos locos por una ensalada. Los crianzas antes tenían mucha carga tánica de madera, y se vendían muy bien porque era lo que gustaba. Ahora seguimos haciendo Rioja pero vamos hacia la fruta suave con una madera mucho más somera y sedosa. Ese será el gran cambio, buscar la fruta y que la madera simplemente arrope a esa fruta.

Moda, música y vino para calentar el invierno riojano

La renovación de una de las bodegas más antiguas de Rioja no pasa solo por rejuvenecer sus vinos, sino también por abrir las puertas de su sede logroñesa para convertirse en un referente de la vida cultural de la capital riojana. A lo largo del año Franco-Españolas pone en marcha actividades como cine de verano, ciclos de teatro, vendimia en familia o animadas fiestas nocturnas. El próximo sábado 22 de diciembre se convertirá en escaparate de jóvenes diseñadores en un evento anual por el que han pasado en ediciones anteriores creadores tan reconocidos como David Delfin, Juan Duyos o Ana Locking.

Cinco diseñadores noveles usarán sus colecciones para dar un nuevo sentido a cinco espacios emblemáticos de la centenaria bodega, en un evento único que marida el mundo del vino con la moda, la música y la gastronomía. Además de las instalaciones de los creadores seleccionados, la sala principal de Franco Españolas acogerá un Wine Fashion Market en el que durante toda la jornada 25 creadores venderán sus últimas colecciones.

Talleres para adultos, conciertos de música, actividades para niños y un apetitoso gastrobar completan el programa del IV Día de la Moda, un evento al que el año pasado asistieron 1.200 personas. Con iniciativas como esta y 35.000 visitantes anuales Franco-Españolas se posiciona como una de las bodegas más activas culturalmente. Un motivo más para dejarse caer por la Rioja, también en invierno.

– La bodega está apostando por una imagen algo canalla, ¿a la caza de un público joven?

– Venimos de una era Parker con vinos muy potentes y no hemos conseguido captar al público joven. Sin embargo con nuestra tipología de vino, más afrutado y elegante, será más sencillo acercarnos a ese público. Buscamos a los jóvenes, si, pero sin perder de vista que sus padres se casaron con Bordón y sus abuelos ya lo bebían.

– ¿Qué otros proyectos tiene la bodega?

– En el aspecto técnico estamos inmersos en una modernización que nos va a llevar de los 80 al siglo XXI de una manera exponencial, con el objetivo de no tocar en exceso los vinos. Respecto a las marcas, de momento nos vamos a centrar en potenciar nuestros dos emblemas, Bordón y Diamante. Lo que venga tendrá que tener ese carácter diferenciador.

– ¿Cómo ha sido el cambio viniendo de una bodega pequeña como Tobelos?

– En Tobelos hicimos un proceso de modernización parecido para lograr unos vinos lo más naturales posibles, pero si estoy aquí es porque en la etapa anterior dirigí una bodega en Ribera del Duero, Roa Rauda, con un volumen de 3 o 4 millones de kilos de uva. Antes de eso hice vinos muy caros en Numantia, Toro. De momento todo lo que hemos tocado ha funcionado muy bien y con ese bagaje llego a Bordón.

– Firmó el primer 100 Parker español en Numantia, podría hacer algo así en una bodega como Franco Españolas?

– No es ninguna utopía. El vino se hace en la viña. El Numantia siempre llegaba a 98 porque tenía un color y una estructura que gustaba, pero han cambiado mucho las cosas en 20 años. Ahora mismo este señor que antes valoraba vinos como el chocolate ahora dice que los vinos clásicos son los mejores.

– El mundo del vino está sujeto a modas, ¿ser un clásico es un seguro de vida?

– Si, es un valor seguro, pero hay que aprovechar esos 127 años de historia para seguir evolucionando, si te paras puedes caer en el olvido.

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