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Viernes, 20 de octubre 2023, 12:57
Las jornadas 'Las denominaciones de origen en el siglo XXI' organizadas por la Universidad de La Rioja (UR) pusieron este jueves de manifiesto la distancia que existe entre quienes gobiernan el Consejo Regulador y quienes, como Bodegas Roda, viven el día a día en los mercados: «Ya dije hace años públicamente (en 2016) que Rioja estaba enferma e igual ahora hay que amputar», afirmó este jueves Agustín Santolaya, director general de la compañía vitivinícola de Haro en referencia a posibles arranques de viñedos.
El resto de participantes en la mesa redonda principal del día, Víctor Pascual, vicepresidente de Grupo Rioja; Julián García Plisson, gerente de la Federación de Cooperativas, y Álex Las Heras, portavoz de ARAG-Asaja, el sindicato agrario mayoritario, se esforzaron en mostrar su confianza en el plan a dos años aprobado el pasado mes de marzo por el pleno del Consejo (limitaciones de rendimientos, cosecha en verde, destilación, plan de descalificación de los peores vinos...) para recuperar poco a poco la velocidad comercial de crucero y equilibrar un sector que tiene hoy en día el mayor desequilibrio de existencias de su historia: «De 2013 a 2016 todo iba fenomenal, pero de 2018 a 2022 por factores exógenos, helada, Brexit, aranceles, pandemia, guerra, inflación... la situación de ventas ha cambiado, pero creo que ahora, con las medidas ya tomadas, vamos en la dirección correcta», explicó Víctor Pascual.
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El directivo de Bodegas AGE –perteneciente a Pernod Ricard, la mayor compradora de uvas de Rioja con diferencia– ratificó el compromiso de la multinacional con la región y pidió una «comunicación más positiva, con mucho menos ruido interno como sucede en otras denominaciones de origen».
Algo en lo que coincidió el representante de las cooperativas, Julián García, quien dio su apoyo al plan de reconocimiento de parcelas y eliminación de excesos de producción con inteligencia artificial puesto en marcha esta vendimia por el Consejo Regulador, aunque con matices: «Muchas economías familiares dependen de esto y estamos de acuerdo con el sistema pero con cierta sensibilidad social». García Plisón aportó números significativos de la actual cosecha, con la estimación de que habrá unos 260 millones de litros amparados, lo que significa que, con una previsión de ventas de 240 millones, la destilación y la cosecha en verde (casi 30 millones de euros) apenas servirán para no seguir aumentando existencias, pero no para reducirlas.
Frente a los grandes números, Agustín Santolaya dejó claro que participaba en el debate como director general de Bodegas Roda, que no pertenece a ninguna organización sectorial y, tras declarar «su amor absoluto a Rioja», calificó el plan del Consejo Regulador para atajar la crisis «de medidas cortoplacistas». «Me sorprende –añadió– que quienes gobiernan el Consejo culpen al mercado, cuando la realidad es que nuestra DOCa permite que algunas de las mejores uvas se queden en el campo sin vendimiar porque, si esas uvas de viejos viñedos que se trabajan a mano se pagan a 60 céntimos, no se recogen». Santolaya aclaró que «el problema de Rioja no está en la gama alta de vinos, sino en los kilómetros de lineales con vinos a dos euros la botella, que han tirado el prestigio de la marca». Respecto a sus propuestas, fue claro: «Si Rioja produjera 6.500 kilos por parcela, que no es nada más que lo que dice el reglamento, no tendríamos estos excesos de producción». «El problema –añadió– se creó cuando los 6.500 por parcela se convirtieron en 6.500 kilos por explotación, luego por familia, por amigos, por cooperativa y, finalmente, para el conjunto de la Denominación».
Agustín Santolaya
Bodegas Roda
Víctor Pascual Zárate
Grupo Rioja
Julián García Plisson
Federación de Cooperativas
Álex Lasheras
ARAG-Asaja
Finalmente, Álex Lasheras (ARAG-Asaja) fue el único de los tres representantes del pleno del Consejo en mencionar la palabra «autocrítica»: «Tenemos identificado el problema, producimos 310 millones de litros y vendemos 240». «No podemos –añadió– controlar factores externos, pero año a año venimos cometiendo el mismo error y echando más vino a las existencias». Lasheras se mostró partidario de reducir aún más la producción en campo y bodega (el reglamento permite bajar al 85% y al 67%) y discrepó también con Santolaya en el sentido de que se quedan las mejores uvas en el campo: «Los viticultores estamos haciendo un gran esfuerzo por producir calidad y sigo pensando que esta crisis es coyuntural y que podemos salir aprentándonos más el cinturón y sin dejar gente en el camino».
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