

Secciones
La sangre de Cristo tiene un pequeño museo en la parroquia de Santo Tomás de Haro, donde más de un centenar de botellas de vino elaborado para la celebración litúrgica descansan en sus vitrinas.
Esta recopilación se mostró por primera vez en el año 2013 con motivo de la exposición La Rioja Tierra Abierta, y fue iniciada por el párroco de entonces, Carlos Esteban, «que quiso relacionar Haro, como capital del vino de Rioja, con el vino de misa», explicaba Javier Osés, actual párroco del templo jarrero.
Haro solo está representada con dos botellas: una de Viña Zaconia, de Bodegas López de Heredia, y otra de Bodegas Bilbaínas, utilizadas en la misa que se oficiaba antiguamente para los trabajadores de la empresa.
También hay una botella de Heras Cordón que, aunque no es un vino de misa, fue solicitada por el Vaticano, y se elaboró con el escudo del Papa Benedicto XVI. Aunque la muestra también cuenta con otras que llevan el escudo del Papa Francisco, enviadas desde Rioja para algún acontecimiento.
«Realmente, para celebrar misa, lo único que pide la iglesia en el canon 924 del Código de Derecho Canónico es que sea natural, sin mezcla de elementos extraños, solo vino de uva», detallaba Osés. «Pero, generalmente, como no todos los vinos gustan a todos los paladares, el que se usa para consagrar suele ser generoso, dulce, tipo moscatel, generalmente de primer año».
Por ello, hay bodegas por todo el mundo que alcanza la iglesia católica, que dedican una parte de su producción a elaborar vino para misa.
Consciente del valor de estos vinos especiales, Carlos Esteban decidió recopilar muestras de distintos lugares del mundo y a muchos de los visitantes que llegaban a Haro les pedía que le enviasen como recuerdo una botella de vino de misa de su tierra, a los que se sumaron los recuerdos que muchos jarreros han aportado de sus viajes. «Y ahora podemos disfrutar de 'ejemplares' de distintas zonas de España, pero también de otros lugares como Egipto, Grecia, de Caná de Galilea, Chile, Austria, Belén, Portugal, Holanda, Brasil, Alemania, etc.». Cada una con su nombre, su marca y una etiqueta especial que las diferencia como vinos litúrgicos. «La exposición sigue abierta –destacaba Osés–, así que todo aquel que visite la parroquia y quiera dejar aquí algo de su tierra, vino de misa, lo recibiremos encantados para ampliarla».
Para Osés, las más interesantes son las de países de una cultura muy distinta a la nuestra, al menos en el espacio: Eslovaquia, Bielorrusia y, de forma muy especial, una de Egipto. «Sobre todo porque es un país de mayoría musulmana. Y está producida allí, donde los cristianos llegaron antes que los musulmanes y, hoy en día, en algunas zonas, incluso son perseguidos».
Y es que una de las imágenes de la iconografía religiosa es el lagar místico, en la que aparece Cristo pisando una prensa de vino, como símbolo de la sangre de Jesús. La cruz sería la prensa o lagar, donde Jesús es estrujado y de él emana su sangre. Y el vino se convierte en su sangre en la consagración.
«El vino tiene toda la simbología religiosa. El color, que parte de destrozar la uva, etc.», detallaba el párroco de Haro. En este sentido, en la sacristía de Santo Tomás existe una escultura de un pelícano, que en realidad es un sagrario. Se utiliza en Jueves Santo. «El pelícano se está picando a sí mismo para que sus crías se alimenten de su sangre. Y es que, según la mitología clásica, cuando una víbora picaba a las crías, el pelícano les alimentaba con su sangre para devolverles la vida Un símbolo que también fue cristianizado, porque Jesús dio su vida para que tengan vida sus hijos, siempre a través del símbolo de la sangre, de la que obtendremos el perdón de los pecados», finalizaba.
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Publicidad
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.