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Andrea Aragón

Hoy catamos... Gran Faustino 1955

A pesar de los años, este vino conserva aromas especiados, hojas secas, tabaco, frutos secos y mucha fineza y elegancia

Inés Martínez

Logroño

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Martes, 4 de diciembre 2018

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No todos los días se cata un vino de 1955, por eso las caras de quienes protagonizan este vídeo son pura emoción. Dentro de la botella hay mucha historia y años de espera para ser degustado. Y todo es una intriga ¿cómo habrá evolucionado?

«La añada 1955 es un vino que teníamos en un caladito pequeño en la bodega y que sacamos este año», explica José María Moreda, enólogo de Bodegas Faustino, que añade que se trata de un vino que don Faustino hizo como homenaje a su madre.

De este gran reserva quedan 2.555 botellas y en su imagen se pueden ver tanto la etiqueta nueva que ha sacado la bodega como la antigua, «una verdadera joyita», asegura El Educador en Vinos, José Ramón Jiménez. Y lo es. Pura esencia de Rioja de los años 50.

Andrea Aragón

Andrea Aragón

Nota de cata

  • Visual Limpio y luminoso, de color rubí anaranjado y destellos rojizos

  • Nariz Muy intenso, de enorme complejidad. Notas dulces de fruta pasa (ciruela, uva, higo). Aromas de tienda de especias (cúrcuma, laurel, semillas de cilantro…). Sensaciones secas (monte bajo seco), tabaco. Recuerdo a madera de olivo y aceitunas negras.

  • Gusto Elegante, sedoso, muy equilibrado, fino. Notas de mieles, mazapanes, almendras.

  • Final Muy largo, recuerdos de un cúmulo de frutos secos, tabaco rubio, hojas secas.

  • Temperatura de Servicio 18-19º Celsius / 62-66º Fahrenheit

A la vista, los rojos se han perdido y aparecen los tejas, aunque sigue conservando el color vino «y muy limpio», añade Moreda, algo que se aprecia también en nariz, donde mantiene el sabor a vino «aunque lógicamente ha perdido los matices que apreciamos en los vinos que consumimos en estos momentos, pero mantiene esa esencia a aromas especiados, hojas secas, tabaco, frutos secos... aromas extraordinarios». En boca los dos coinciden en su fineza y elegancia.

«Es importante entender que los vinos no aguantan tanto como ha aguantado este, esto es un milagro», resume El Educador emocionado y sorprendido por la evolución del vino. Menuda forma de envejecer.

Andrea Aragón

La historia del vino

Andrea Aragón

El abuelo Faustino, lanzó al mercado Gran Faustino Reserva 1955, con gran éxito, en el año 1963. Y haciendo un guiño personal y homenaje a su madre, embotelló una selección de esa añada con un corcho firmado como «Bodegas Santana», en una botella alta, esmerilada y especial para protegerlo del exterior».

Hoy, en el año 2018, 55 años después, las 2.555 botellas que se conservan como una nueva edición llamada Gran Faustino 1955, ven la luz. «Son un fiel reflejo de nuestra especialidad, elaborar vinos de gran potencial de envejecimiento, parte del secreto de Faustino. Un gran reserva de Rioja de los de antaño, de los que no se van a volver a repetir y de los que, expertos de todo el mundo, hablan con admiración», explica la bodega.

Elaborado con una base de uva Tempranillo, con «coupage» de otras variedades, siguiendo los patrones de los grandes reservas clásicos de Rioja – vinos de carácter, «que no volverán a elaborarse».

La uva proviene de viñedo cercano a la bodega, ya que el transporte se realizaba en comportillos de madera a lomos de caballos o mulas. No se despalillaba y solamente se estrujaba un poco para arrancar la fermentación (puede decirse que es una fermentación semi carbónica, al estilo de la zona de Rioja Alavesa).

Criado en barrica de roble americano mayoritariamente, aunque con toque de barrica francesa ya que en los archivos históricos constan ya barricas de roble francés en Bodegas Faustino en esas fechas, siendo algo innovador en Rioja.

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